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Sergio Larraín siempre debería estar en nuestra memoria de fotógrafos

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Sergio Larraín siempre debería estar en nuestra memoria de fotógrafos

Sergio Larraín es uno de los mejores fotógrafos que podemos encontrar cuando rebuscamos en las crónicas de las historias de la fotografía. No sé muy bien cómo, ha llegado a mis manos uno de los mejores documentales que he visto sobre su vida: 'El rectángulo en la mano. Boceto'. El título viene de uno de sus pequeños libros fotográficos.

Sergio Larraín es un fotógrafo chileno de los que pertenecen al mundo. Pocos han sabido mirar como él con una cámara entre las manos. Entró en la agencia Magnum de la mano de Cartier-Bresson, inspiró un cuento a Cortázar que terminó siendo una película de Antonioni. El cuento es 'Las babas del diablo' y la película 'Blow up'. Dos documentos imprescindibles para saber qué es esto de la fotografía vista desde otros puntos de vista, en principio ajenos a la imagen fotográfica.

La historia de este mito surge de un paseo de Larraín por París, en el que hace una foto y cuando la revela sorprende a dos personas haciendo el amor en un plano distinto al que había visto. Julio Cortázar se queda con la historia y la transforma en un cuento en el que la fotografía es protagonista. Michelangelo Antonioni toma la anécdota y la lleva al Londres de la psicodelia con un asesinato por medio.

Seguro que este documental, cuyo enlace tenía guardado, lo encontré en alguna red social o en alguna que otra página web que no logro reencontrar. Cuenta, en apenas quince minutos, toda una vida de fotógrafo puro. Alguien que fue capaz de asombrar al mundo desde su tierra natal, viajar a Europa de la mano de Steichen, enamorar al fotógrafo más famoso, conseguir las fotografías más emblemáticas de los mafiosos de Sicilia y volver a su tierra harto de todo hasta morir en el anonimato en 2012.

Este vídeo es un capítulo piloto de una serie que parece que no ha visto finalmente la luz y que alguien publicó en Vimeo para regocijo de todos los que amamos la fotografía. Ni siquiera se tenía la intención de hacerlo público pero finalmente salió. Y qué pena que no se haga dicha serie.

El origen del título del vídeo viene del primer libro que publicó en 1963. Una pequeña joya que hoy cuesta encontrar y que parece que han reeditado en una editorial. También dicen que utiliza la misma expresión en la famosa carta a su sobrino cuando se refiere a la cámara, ese rectángulo en la mano, pero en las versiones que he leído nunca lo he encontrado.

El juego es partir a la aventura, como un velero, soltar velas. Ir a Valparaiso, o a Chiloé, por las calles todo el día, vagar y vagar por partes desconocidas, y sentarse cuando uno está cansado bajo un árbol, comprar un plátano o unos panes y así tomar un tren, ir a una parte que a uno le tinque, y mirar, dibujar también, y mirar. Salirse del mundo conocido, entrar en lo que nunca has visto, DEJARSE LLEVAR por el gusto, mucho ir de una parte a otra, por donde te vaya tincando. De a poco vas encontrando cosas y te van viniendo imágenes, como apariciones las tomas.

Larrainii Fotograma del documental

Es difícil encontrar libros suyos. No es un autor que abunde en las librerías. Lo mejor es rebuscar en las librerías de viejo o en las páginas web hasta encontrar algún ejemplar: 'El rectángulo en la mano' (1963), 'La casa en la arena' con Pablo Neruda (1966), 'Chile' (1968), 'Valparaíso' (1991), 'London' (1998) y 'Sergio Larraín' (1999).

Este último es precisamente el catálogo del IVAM, el Instituto Valenciano de arte moderno, probablemente uno de los que más fácilmente podemos encontrar en estas librerías... Pero hasta que podamos hacerlo os recomiendo ver tranquilamente este vídeo, en la comodidad de la televisión, en la intimidad de la pantalla del ordenador o en el peor de los casos en el móvil. Sergio Larraín merece un hueco en cualquier altar fotográfico que queramos montar.


Margaret Bourke White, la madre del fotoperiodismo

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Margaret Bourke White, la madre del fotoperiodismo

Dentro del mundo de la fotografía, en las grandes historias de la fotografía, los hombres parece que llevan la voz cantante. Pero no podemos olvidar que es precisamente aquí donde más mujeres sobresalientes podemos encontrar. Y si recordamos la figura de Margaret Bourke White nos encontramos con una persona que lo hizo todo en el mundo de la fotografía y sin embargo, pocas veces se habla de ella.

Siempre me ha llamado la atención leer en las grandes historias de la fotografía, como la de Beaumont Newhall, las mujeres parece que tienen un papel secundario. Por supuesto se habla de ellas pero no alcanzan la intensidad de otros fotógrafos con una calidad menor. Algún día solo importará tu trabajo, no a quién conoces o el sexo que tengas. Vamos a conocerla o al menos recordarla.

Nació en 1904 en el distrito del Bronx de Nueva York en 1904 con el nombre de Margaret White. Pero será recordada por el apellido de su madre, con el que empezó a trabajar, Margaret Bourke White. Según cuentan las crónicas su carácter ordenado y meticuloso vino dado por su padre ingeniero. Desde joven destacó por su inteligencia y pasó por seis universidades. En 1927 recibió el título de Biología con la especialidad de Herpetología, el estudio de los reptiles.

Bourkewhitei Una de sus imágenes míticas

También cursó fotografía en la universidad de Columbia para mejorar en una afición que heredó de su padre. Desgraciadamente murió pronto y se vio obligada a trabajar antes de terminar su formación. Él nunca se imaginó que gracias a su pequeña pasión ella, su hija, terminaría conociendo a Gandhi y aguantaría el horror de fotografiar la barbarie de los campos de concentración nazis.

Su pasión por el progreso y la tecnología le llevó a trabajar con los nuevos arquitectos e ingenieros para fotografiar los nuevos edificios y todo tipo de avances industriales. Incluso fue una de las pioneras a la hora de trabajar con los flashes. Precisamente esta habilidad fue lo que le llevó a ser considerada como una de las mejores técnicas de aquellos años en los que todo iba a caer.

Y así consiguió entrar en la revista 'Fortune', de la mano de Henry Luce, el famoso magnate que quería en sus filas alguien que fuera capaz de contar de semejante forma el canto a la industrialización. Lo curioso es que su forma de verlo era compatible tanto con el capitalismo como con el comunismo. Así que llama la atención que fuera tan querida por los popes del capitalismo y que fuera capaz de ir a fotografiar la maquinaria industrial de la Unión Soviética a principios de los años 30. Fue la primera mujer que lo logró.

La entrada en la revista LIFE

Henry Luce decidió apostar por una revista mucho más visual que 'Fortune'. Así que compró la cabecera de 'Life' y la transformó en la revista ilustrada más importante. ¿Y sabéis quién logró la primera portada de noviembre de 1936? Sí, Margaret Bourke White, con un reportaje sobre la construcción de una presa que daría lugar a la mayor central eléctrica del oeste americano. Y sentó las bases de un género crucial para el fotoperiodismo: el ensayo fotográfico.

Bourkev Primera portada de Life

Estamos en la época de la gran crisis americana, solo superada por la que estamos viviendo actualmente. La caída de Wall Street de 1929 y las sequías sumieron al pueblo en la miseria más absoluta. El gobierno de Roosvelt creó el New Deal, una serie de reformas y ayudas económicas para paliar la situación.

Ahí surgió la Farm Security Administration, que estudió e intentó poner remedio a los problemas del sector rural de la población. Lo que ha quedado en la memoria, fueron las imágenes que sacaron los más grandes fotógrafos de la época, contratados para documentar todos los trabajos realizados y dar cara a los campesinos condenados.

Bourke Fotograma del vídeo 'Margaret Bourke-White Tribute Film'

Margaret Bourke White, figura del compromiso social y político del periodismo gráfico americano, hizo uno de sus reportajes más sentidos en el libro 'You Have Seen Their Faces'. Es difícil de encontrar, sobre todo en la lengua de Cervantes. Sin embargo hubo una especie de batalla entre ella y Walker Evans. El libro de Bourke White era más crudo, más dirigido. Menos elegante que el famoso trabajo de Walker Evans y James Agee 'Elogiemos ahora a hombres famosos'. Evans era más documental y Bourke White apostó por el ensayo a la manera de Smith... Algún día podré verlo con mis propios ojos.

La Alemania nazi y la fotografía de Gandhi

Pero su trabajo más duro fue sin lugar a dudas las primeras imágenes de los campos de concentración nazis en 1945. Una experiencia realmente sensible no solo por lo que vio, sino porque su familia paterna era de origen judío. Ella fue la primera mujer que recibió el permiso para trabajar como fotógrafa de guerra en los vuelos de las Fuerzas aéreas americanas.

Y entró con el general Patton en el campo de concentración de Buchenwald. Allí fue capaz de fotografiar el horror con toda su crudeza. No voy a describir sus fotos pero solo diré que las películas sobre el tema se quedan cortas. Fue muy criticada pero ella consideró que era una obligación hacerlo. 'Life' publicó parte de este reportaje. Decidió saltarse su propia política de no publicar los aspectos más desagradables de la II Guerra Mundial.

Bourkeii Fotograma del vídeo 'Margaret Bourke-White Tribute Film'

Pero si hay que elegir una fotografía por la que pasará a la historia es la imagen de Gandhi con la rueca, dentro del reportaje que le hizo horas antes de que le asesinaran. Como podemos leer en el libro 'Las fotos del siglo' la sesión fue complicada. Sabían cuáles eran sus ideas, así que prácticamente la obligaron a aprender a hilar con una rueca antes de hacer las fotos.

Bourkeiii Fotograma del vídeo 'Margaret Bourke-White Tribute Film'

Antes de empezar le avisaron de que solo podría hacer tres disparos. Y para mejorar las cosas, no podría dirigirse a él porque estaba en su día de meditación. Llevaba solo tres flashes desechables. Por los nervios, los dos primeros disparos fallaron por un problema de sincronización y porque no llegó a dispararse. El tercero fue el último y definitivo. Una joya, un símbolo.

Desde aquel día Maragaret Bourke White dejó de confiar tanto en la técnica y comprobó que lo más importante era el trabajo constante, el amigo que nunca te desilusionará.

Anthony Hernandez, el fotógrafo autodidacta que redescubrió la mirada callejera de los clásicos

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Anthony Hernandez, el fotógrafo autodidacta que redescubrió la mirada callejera de los clásicos

En la nueva exposición de la Fundación Mapfre, en la fotográfica sala Bárbara de Braganza, podemos ver una retrospectiva, inédita en España, del fotógrafo Anthony Hernandez (Los Ángeles, 1947). Una buena ocasión para encontrarse con una mirada que rompe con la fotografía de calle hasta encontrar un estilo personal.

Anthony Hernandez es otro de los fotógrafos que reivindican la necesidad de gastar suela para lograr buenas imágenes. De niño prefería caminar a coger el autobús para llegar antes a casa. Ahí ha reconocido que empezó todo. Ahí le entraron las ganas de registrar todo con ayuda de una cámara.

Y su estilo tiene mucho que ver con la máquina fotográfica. Desde sus primeras series con una sencilla réflex con carretes de blanco y negro hasta llegar a una cámara Deardorff de 5x7 pulgadas con placas en color. Empezó con la tradición del blanco y negro y ha terminado siendo un referente en color y en gran formato. En este caso podemos decir que la cámara es lo que más ha marcado su estilo. Más que la cámara el cambio de formato.

Anthony Hernandez Automotive Landscapes #35, 1978 [Paisajes automovilísticos n.º 35] Copia en gelatina de plata, 16 × 20 in (40,6 × 50,8 cm) Black Dog Collection, donación prometida al San Francisco Museum of Modern Art © Anthony Hernandez Anthony Hernandez Automotive Landscapes #35, 1978 [Paisajes automovilísticos n.º 35] Copia en gelatina de plata, 16 × 20 in (40,6 × 50,8 cm) Black Dog Collection, donación prometida al San Francisco Museum of Modern Art © Anthony Hernandez

Además empezó contando con la gente, con sus acciones, registrando su vida hasta evitar totalmente la figura humana para encontrar una forma personal de enfrentarse al concepto de fotografía callejera y romperlo. Sus imágenes cuentan los efectos de las personas sobre el entorno. Estamos siempre presentes pero ya no se nos ve. Es un autor tremendamente original en este sentido.

La evolución fotográfica de Anthony Hernandez

La retrospectiva cubre los más de cuarenta y cinco años de la carrera de Anthony Hernandez. Seis capítulos, seis secciones, que empiezan en blanco y negro con la clara inspiración de Walker Evans hasta alcanzar en los últimos años una forma de mirar más abstracta, que exige más esfuerzo por parte del espectador para comprender qué está viendo.

Anthony Hernandez Santa Monica #14, 1970 [Santa Mónica n.º 14] Copia en gelatina de plata, 11 × 14 in (27,9 × 35,6 cm) Black Dog Collection, donación prometida al San Francisco Museum of Modern Art © Anthony Hernandez Anthony Hernandez Santa Monica #14, 1970 [Santa Mónica n.º 14] Copia en gelatina de plata, 11 × 14 in (27,9 × 35,6 cm) Black Dog Collection, donación prometida al San Francisco Museum of Modern Art © Anthony Hernandez

Son 114 fotografías que cuentan la evolución de la mirada personal del autor en orden cronológico. Puede parecer imposible reconocer en la primera serie, en blanco negro e inspirada por los clásicos como Garry Winogrand y Lee Friedlander, al fotógrafo que dispara 'Imágenes filtradas'.

Este último trabajo consiste en ver la realidad de Los Ángeles a través de placas metálicas perforadas. El efecto puntillista, pixelado, que se consigue es poco menos que todo un descubrimiento por parte de alguien que demuestra que nunca se ha cansado de mirar.

Cada sección es un paso adelante en el estilo de Anthony Hernandez. En 'Fotógrafo de calle' miramos al autor clásico americano en blanco y negro y que llega al color por primera vez en 1984. Además dispara con película diapositiva para positivar en Cibachrome con el fin de lograr un toque metálico y saturado en todas sus imágenes. Ese año es cuando decide eliminar a las personas de sus encuadres.

Anthony Hernandez Rodeo Drive #3, 1984, impresión de 2014 [Rodeo Drive n.º 3] Copia en cibachrome, 16 × 20 in (40,6 × 50,8 cm) Cortesía del artista © Anthony Hernandez Anthony Hernandez Rodeo Drive #3, 1984, impresión de 2014 [Rodeo Drive n.º 3] Copia en cibachrome, 16 × 20 in (40,6 × 50,8 cm) Cortesía del artista © Anthony Hernandez

Después pasamos a 'La ciudad como tema'. Aquí la ciudad de Los Ángeles se convierte en el tema predilecto, con todo el protagonismo. Ya en color y con la cámara de placas. En 'Ausencia y presencia' encontramos las series más conceptuales, donde juega con la idea de representar las heridas que deja la figura humana en el paisaje.

En 'Señales y huellas' vuelve con fuerza a su ciudad, que redescubre destrozada y abandonada. Y encuentra inspiración y sentido en la vida, obra y hechos de los sin techos olvidados de la ciudad. Tema que repite en el penúltimo capítulo antes de 'Imágenes filtradas'. Aquí viaja al desierto que rodea la ciudad para ver los destrozos personales por culpa de la última crisis que estamos terminando de vivir.

La exposición en la Fundación Mapfre

No conocía a este autor. He visto fotos suyas sueltas. Y gracias a la nueva exposición de la Fundación Mapfre he descubierto un autor muy interesante. De nuevo no estamos ante algo espectacular, sino ante un fotógrafo que nos hace pensar, algo tan necesario hoy en el mundo de la fotografía.

Anthony Hernandez Landscapes for the Homeless #1, 1988 [Paisajes para los sintecho n.º 1] Copia en cibachrome, 30 1/8 × 29 7/8 in (76,5 × 75,9 cm) San Francisco Museum of Modern Art. Adquisición del Accessions Committee Fund: donación de Collectors’ Forum, Susan y Robert Green, Evelyn Haas, y Pam y Dick Kramlich © Anthony Hernandez Anthony Hernandez Landscapes for the Homeless #1, 1988 [Paisajes para los sintecho n.º 1] Copia en cibachrome, 30 1/8 × 29 7/8 in (76,5 × 75,9 cm) San Francisco Museum of Modern Art. Adquisición del Accessions Committee Fund: donación de Collectors’ Forum, Susan y Robert Green, Evelyn Haas, y Pam y Dick Kramlich © Anthony Hernandez

Porque parece que todos queremos hacer imágenes bonitas olvidándonos de el verdadero sentido de la fotografía. De su poderoso lenguaje que va más allá de disparos inconexos. Es una exposición que nos ayuda a encontrar un camino, una inspiración para mejorar en nuestro trabajo o afición.

Demuestra que hay otra forma de hacer las cosas. Y que como siempre, el trabajo constante es la mejor forma de tener un estilo propio.

Por último volver a recordar que estamos ante su primera retrospectiva en España, organizada por el Museum of Modern Art de San Francisco (SFMOMA), institución con la que Fundación MAPFRE colabora desde el año 2015. Y que es el trabajo de un fotógrafo autodidacta que, como muchos, empezó como un aficionado hasta llegar a ser una referencia.

‘ Anthony Hernandez’

Del 31 de enero al 12 de mayo Sala Bárbara de Braganza, Fundación MAPFRE

calle Bárbara de Braganza, 13 (Madrid)

Entrada general: 3€ (gratuita lunes no festivos de 14 a 20h)

Sala Bárbara de Braganza

Robert Capa otra vez en el ojo de la polémica: la historia de los fotos del día D no es tal como se cuenta

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Robert Capa otra vez en el ojo de la polémica: la historia de los fotos del día D no es tal como se cuenta

Robert Capa es una figuras mítica. Disparó algunas de las fotografías más importantes de la historia, fundó la agencia Magnum, tuvo una vida de novela... Pero parece que esto último es más literal de lo que realmente parece. Según las últimas investigaciones, todo indica que la leyenda de los negativos perdidos del desembarco de Normandía no es exactamente como se ha contado.

Robert Capa no es una persona real. Fue un invento de Endre Ernő Friedmann y Gerda Taro para vender las fotografías que hacían los dos por Europa. Y crearon a un fotógrafo americano que estaba de viaje por Europa para llamar la atención de los periódicos. Una obra maestra del marketing que siguió después de la trágica muerte de Gerda en 1937, en el frente durante la Guerra Civil española.

En aquellos años hicieron la famosa fotografía del miliciano (1936). Una de las imágenes más importantes del siglo XX. La muerte en directo, la primera vez que se capta el instante mismo de la muerte. Un icono contra la guerra. Uno de los instantes más importantes del fotoperiodismo, la base sobre la que se asentó la fundación de la agencia Magnum en 1947.

Ya hemos contado en Xataka Foto todas las dudas que sobrevuelan la autenticidad de aquel momento. Puede que no fuera verdad, que todo era una actuación, un montaje o una escenificación. Pero tiene una fuerza impresionante y un mensaje claro que sigue funcionando hoy en día.

Capaiii Los negativos perdidos (fotograma del documental de Time)

Y ahora tenemos otro frente abierto. Nunca mejor dicho. Resulta que han investigado a fondo la tremenda historia de los negativos fundidos del Desembarco de Normandía. Esas 7 fotografías que dieron la vuelta al mundo y que tanto han influido a fotógrafos, directores de cine y demás. Es la pura guerra. Los tremendos momentos del desembarco que cambió la historia, la llegada de los aliados a la Europa controlada por los nazis y que supuso el principio del fin de la II Guerra Mundial. Pues parece que hay muchos flecos sueltos, tal como asegura Ad Coleman, un periodista con más de 2500 ensayos sobre fotografía, 8 libros y columnista de Village Voice, New York Times y New York Observer, amén de numerosos premios por su labor investigadora.

Robert Capa en el día D

Todos los que amamos la historia de la fotografía conocemos lo que siempre se ha contado sobre este reportaje. Robert Capa se embarcó el 5 de junio de 1944 en una barcaza en un puerto inglés. El 6 de junio, a primera hora de la mañana, formó parte de las primeras divisiones que llegaron a la playa de Omaha, nombre en clave.

Allí tomó hasta 72 fotografías durante 90 minutos que documentaban una de las batallas más importantes de la Historia con mayúsculas. Pero en la sede de la revista Life no supieron nada de él. Y le dieron por muerto. Sin embargo al día siguiente un motorista entregó en la sede de la revista en Londres todos los carretes. El gran John G. Morris recibió ese tesoro en sus manos y encargó a un chico nuevo el revelado de los negativos.

Capai Robert Capa en la parte superior y John G. Morris en la fila inferior (fotograma del documental de Time)

Con las prisas y los nervios fundieron los carretes al meterlos en la secadora de negativos con demasiado calor. John G. Morris solo pudo constatar que se habían salvado 11 disparos. Y solo se publicaron 8. Así se cuenta en varios sitios, desde las memorias del propio John G. Morris 'Consigue la foto. Una historia personal del fotoperiodismo' (La Fábrica); en la biografía de Richard Whelan 'Robert Capa' y en la autobiografía 'Ligeramente desenfocado' (La Fábrica) como podemos leer aquí:

Siete días más tarde me enteré de que las fotografías que había tomado en Easy Red se consideraban las mejores del desembarco. Sin embargo, un asistente de laboratorio había aplicado demasiado calor al secar los negativos; las emulsiones se fundieron y se destintaron ante los ojos de toda la oficina de Londres

Todo era confuso, pues un sargento del ejército de los EEUU confirmó que había visto el cuerpo de un fotógrafo flotando en la playa. Así que el bueno de Robert Capa fue dado por muerto durante 48 horas. Así aumentó el mito y por esta historia (y otras muchas) se le considera uno de los mejores fotógrafos de guerra.

La revisión de la historia por parte del periodista Ad Coleman

Pero en esta historia de novela, propia de una película épica (que nadie ha rodado, por cierto) hay cosas que no cuadran para Ad Coleman, que ya hemos presentado al principio. Como siempre ocurre cuando se toca la figura de Robert Capa, el autor cuenta que ha sufrido censura por parte del hermano de Robert Capa (que se puso el apellido ficticio de su hermano), el biógrafo oficial del fotógrafo, Richard Whelan y mutis por el foro de John G. Morris, una de las piezas claves de esta historia.

Según él, esta historia con 70 años tiene varias lagunas que hay que investigar. Y todo después de ver un vídeo que publicó la revista Time en 2014 que llamó la atención del fotoperiodista J. Ross Baughman. Este le pidió publicar un artículo en su blog sobre el tema, y las preguntas que dejaba en el aire le llevó a buscar la verdad.

Capaii Imagen del Desembarco de Normandía (fotograma del documental de Time)

Recomiendo encarecidamente la lectura de todo el artículo para conocer a fondo una realidad que puede llegar a sorprendernos y que puede hacer que nos planteemos muchas cosas acerca de la realidad de los orígenes del fotoperiodismo y de la necesidad de diferenciarlo del reportaje o llamarlo directamente ensayo fotográfico a la manera de Eugene Smith. Voy a resumir los puntos de investigación que propone:

  • Es imposible que las secadoras de negativos de aquella época alcanzaran temperaturas tan altas como para fundir la película.El problema es que en las Contax II los carretes de Kodak no casaban exactamente y por eso se ven las muescas de la película, no porque se fundiera la emulsión.
  • Se sabe que Robert Capa era muy amigo de exagerar sus historias para entretener y llamar la atención de las personas que le rodeaban.
  • Tal como está documentado,** Robert Capa no estuvo en el grueso de la batalla** como siempre se ha contado, sino con un grupo de ingenieros en la playa de Colleville-sur-Mer, uno de los lugares más tranquilos de aquel día (si es que hubo alguno tranquilo). Lo que vemos en sus fotografías es a los ingenieros encargados de volar obstáculos para conseguir que las tropas aliadas pudieran desembarcar todo el material. No eran tropas de asalto.
  • Los negativos jamás se estropearon. Realmente hizo muy pocas fotografías aquel día.
Capaiv Los negativos que se conservan (fotograma del documental de Time)

Así, toda esta historia queda en el aire. No somos especialistas en el tema pero hay muchas cosas que nos hacen dudar. Parece que no pasó exactamente lo que nos cuentan. Puede que no hubiera más carretes y que contaran lo del calentamiento para justificar todo el despliegue con tan pocas fotos. Es posible que el propio Capa entrara en pánico ante la situación que estaba viviendo. O no llegaron todos los carretes a tiempo. O se mojaron. De hecho podemos leer una entrevista a John G. Morris donde reconoce que no había más fotos de aquel día.

Pero como siempre digo en estos casos de revisión. Esas fotografías son un icono. Simbolizan una de las batallas más decisivas y han alimentado las ganas de contar la verdad a numerosos fotógrafos. ¿Cambiará algo si se demuestra lo que cuenta Ad Coleman? ¿Pierde valor el trabajo de Capa? Estuvo allí y contó lo que vio como pudo. Ahora nos toca esperar la verdad y decidir qué hacemos. Yo le seguiré teniendo en los altares. Y esperando algún día una película sobre su vida. ¿Qué pensáis?

William Klein, el inconformista que supo mezclar el glamour del mundo de la moda con la cruda realidad de la calle

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William Klein, el inconformista que supo mezclar el glamour del mundo de la moda con la cruda realidad de la calle

Hace poco le incluíamos en nuestro listado de los (probablemente) 50 mejores fotógrafos de la historia y, sin embargo, no le habíamos dedicado ningún artículo específico. Estamos hablando del franco-norteamericano William Klein, un artista multidisciplinar (además de fotógrafo ha sido dibujante, pintor y cineasta) que ha dejado su impronta especialmente en dos campos del arte fotográfico.

Por eso hace ya tiempo le incluimos en un artículo sobre fotógrafos históricos de moda, ya que su trabajo influyó notablemente a renovar esta disciplina. Sin embargo, además de un maestro de la fotografía de moda, Klein también es considerado uno de los mejores fotógrafos callejeros de la historia, con una aportación destacada en este campo.

William Klein (1928)

Norteamericano de origen judío, nació en Nueva York en el seno de una familia de emigrantes húngaros justo un año antes de que comenzara la Gran Depresión, un hecho que marcó la primera parte de su vida (como la de tantos norteamericanos). En concreto, el boyante negocio de ropa familiar tuvo que cerrar por culpa de las deudas y tuvieron que mudarse a uno de los barrios más pobres de la ciudad, un lugar donde además los judíos estaban muy mal vistos.

William Klein 4

Por eso, durante su infancia el pequeño William tuvo que sobrevivir en una ambiente hostil que marcaría su personalidad, y en donde el arte se convirtió en su principal tabla de salvación. Así, desde los doce años siempre que podía se escapaba para visitar el MOMA (el Museo de Arte Moderno) donde se despertó la vena artística de un muchacho que resultó ser un joven brillante. De hecho, con catorce años (tres antes de lo normal) ya entró en la Universidad para estudiar sociología, aunque ya tenía claro que lo que quería era ser artista.

Al acabar la carrera, ya en 1945, se alistó en el ejército gracias a lo cual viajó a Alemania y Francia, país que a la postre sería crucial en su vida. Tras dos años sirviendo a la patria, se quedó en París aprovechando una beca para militares estadounidenses que le permitió matricularse en La Sorbona.

William Klein 5

Allí, además de conocer a quien sería su esposa, comenzó a trabajar como ayudante de un famoso pintor cubista francés de la época, Fernand Léger, quien también sería una importante influencia en Klein. Así, comenzó a desarrollar su talento en los campos de la pintura y la escultura con una actitud de rebeldía contra lo establecido y un estilo abstracto, siguiendo lo aprendido del maestro.

Sin embargo, pronto encontró su propio estilo y empezó a destacar por sus murales abstractos que le llevaron a colaborar con el arquitecto Angelo Mangiarotti y también a experimentar con la fotografía (de la que no tuvo ningún tipo de formación) como medio de capturar sus propios murales de una forma distinta. Esto le descubrió un nuevo mundo de posibilidades expresivas, en el que destacaban todo tipo de técnicas (desenfoques, trepidaciones…) y el uso de teleobjetivos y grandes angulares que le servían para alterar la realidad.

William Klein 12

Sobre 1955 su trabajo, que ya le había reportado una considerable fama en el mundillo artístico parisino, fue visto por Alexander Liberman, el director artístico de Vogue, quien le ofreció regresar a Nueva York para trabajar en esta prestigiosa revista. Klein no lo tuvo muy claro, sobre todo porque el mundo de la moda no le interesaba mucho, pero la promesa de un buen sueldo y de sufragarle todo lo que necesitara para hacer fotos le acabó de convencer.

Regreso a Nueva York

William Klein 13

Así, volvió a la ciudad de los rascacielos donde inicialmente se pasó varios meses recorriendo sus calles sin hacer una foto que Vogue pudiera publicar. Sin embargo, finalmente, y tras recibir un ultimátum por parte de Liberman, comenzó a hacer fotos de moda pero con su propio estilo.

En concreto, Klein decidió sacar las modelos a la calle y fotografiarlas mezclándose con el bullicio, en ocasiones utilizando teleobjetivos o introduciendo espejos en la escena que le daban a las imágenes un aspecto original y sorprendente. Una suerte de ejercicios visuales que encantaron al director de arte de Vogue, que sólo había visto algo parecido de la mano de Richard Avedon (que por aquel entonces trabajaba para la competencia).

William Klein 3

Aquello marcó el inicio de una larga etapa (unos diez años) en esta publicación, aunque a Klein siguió sin interesarle realmente la fotografía de moda que continuó realizando para ganarse la vida mientras se dedicada siempre que podía a su disciplina favorita, la fotografía de calle.

Ya desde que había regresado se dedicó a redescubrir las calles de su ciudad tratando de retratar a sus habitantes con su nueva mirada de fotógrafo. Una forma que mezclaba la experimentación que ya había marcado su obra fotográfica con un carácter documental, acercándose mucho a la gente que retrataba y entablando relación con ellos.

William Klein 9

Todo ello daba lugar a unas imágenes (plasmadas inicialmente en la serie ‘Life is Good and Good for You In New York’ de 1957) que se alejaban mucho de lo establecido hasta entonces, ya que imperaba una forma académica de hacer fotos marcada por nombres como Ansel Adams y Edward Weston. Esto se rompió con la llegada de una corriente más humanista, una manera más fresca de hacer fotos que llegó de la mano de artistas como Robert Fank, William Eggleston, Garry Winorand y el propio Klein.

Por todo ello, William Klein pasó a formar parte del elenco de los considerados “padres de la fotografía callejera”, dejando para el recuerdo unas imágenes muy potentes como la de ese niño que nos apunta directamente con una pistola. Fotos que, por cierto, no fueron especialmente bien recibidas en su momento.

William Klein 10

Al trabajo sobre Nueva York le siguieron otros sobre otras ciudades como Moscú, Tokio y Roma que retrató con el mismo estilo inconformista. Sin embargo, en 1965 Klein dejó Vogue, y eso supuso aparcar su carrera como fotógrafo. Así, en 1966 empezó a trabajar en el mundo del cine con una película satírica sobre el mundo de la moda: Who Are You, Polly Maggoo??’. A esta le siguieron otros dos largometrajes, aunque finalmente se prodigó más en el mundo de la publicidad como productor de anuncios y en el documental, donde siguió trabajando hasta bien entrados los años ochenta.

William Klein 11

Tras aquella época volvió a la fotografía y esto le valió sobre todo recibir todo tipo de premios y homenajes como el premio Hasselblad en 1990 y el de PhotoEspaña en 2005. Actualmente reside en París (país del que obtuvo la nacionalidad) y, a pesar de su edad avanzada, sigue trabajando.

Todas las fotografías de William Klein capturadas del vídeo Grandes miradas de la fotografía: William Klein

Ha muerto Marie Loup Sougez, autora de una de las mejores 'Historia de la fotografía'

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Ha muerto Marie Loup Sougez, autora de una de las mejores 'Historia de la fotografía'

La historia de la fotografía es fundamental. Nos habla del pasado para destacar lo bueno y lo malo. Y sobre todo para tratar de no caer en los mismos errores (aunque a veces la gente olvida). La 'Historia de la fotografía' de la editorial Cátedra es uno de los libros de cabecera para todos los que amamos este mundo. Su autora, Marie Loup Sougaez, ha muerto el 16 de marzo de 2019. Desde Xataka Foto queremos recordarla.

Nació en 1930 en la ciudad de París. Ha muerto en Madrid en 2019. 89 años dedicados al mundo de la fotografía. Su padre es Emmanuel Sougez, un fotógrafo que le metió en la sangre la pasión por la luz y al que dedicó varios estudios. En la actualidad estaba vinculada al Museo de Arte Reina Sofía, donde organizaba conferencias. Seguro que si te gusta la historia tienes este libro en tus estanterías y lo has consultado para conocer a los fotógrafos más importantes. Su libro 'Historia de la fotografía' lleva casi 40 años entre nosotros.

Es un libro de bolsillo, con las tapas de color amarillo. Salió en 1981. Ahora debe andar por la 12ª edición, que es la segunda que tengo yo y que me compré en 2011 por estar revisada y ampliada. Ahí está, con la portada de la musa de la fotografía, esa imagen pictorialista de Antonio Portela, fotógrafo de la Real Sociedad Fotográfica. Seguro que muchos la recordáis.

Marie Loup Sougez, una vida dedicada a la fotografía

Llama la atención las pocas referencias que hay de ella en internet. Si pones su nombre solo encontramos páginas y más páginas dedicadas a sus libros y escritos en numerosas revistas. Es difícil encontrar incluso la noticia de su muerte. De hecho su necrológica solo la he visto en el periódico ABC del lunes 18 de marzo.

No hay referencia alguna a una autora que nos ha servido a muchos para aprender fotografía. Personalmente fue el primer libro de historia de la fotografía que me leí. Y es uno de mis tesoros. He sido incapaz de tirar la primera edición que compré. También participó en otra historia, menos conocida, más voluminosa. Fue la coordinadora de 'Historia general de la fotografía', uno de los manuales de arte de Cátedra. Una referencia dentro de este mundo.

Sougezii Mis dos ediciones

Desde joven demostró una pasión desmedida por muestro país e idioma. Tanto, que estudió Filología y literatura hispánicas en su país natal. Logró venir a España, se casó con un pintor y desde los años 70 se convirtió en una más. Trabajó para diversos medios como 'Historia 16' y publicó en cientos de catálogos y revistas que hoy se pueden encontrar en las librerías y rebuscando mucho por internet.

Como ya hemos comentado, su padre era fotógrafo y ella misma se encargó de dar a conocer su trabajo y publicar su obra en España. Lo más curioso es que sí que podemos encontrar su biografía en la Wikipedia y conocer datos tan curiosos como que la gran Dora Maar le reconocía como su mentor. De su hija no hay rastro.

Sinceramente me parece un caso cercano al de María Moliner, la autora de uno de los diccionarios más importantes del idioma español. Fue ninguneada durante mucho tiempo. Después de su muerte se empezó a reconocer su labor. Así que espero que todos los que hemos aprendido con sus libros los volvamos a releer como homenaje a una de las personas que más ha hecho por recordar la historia de la fotografía.

Gracias a ella aprendimos todo del daguerrotipo, los primeros años de la fotografía en España. La importancia de los procesos utilizados a lo largo del siglo XIX. Y nombres tan importantes como Atget o Stieglitz. Pero por supuesto figuras imprescindibles de España y de otras latitudes. Es verdad que hay otras historias, pero el formato bolsillo y la prosa amable de su libro hizo que muchos lo devoráramos y lo tengamos todavía como obra de referencia en nuestras bibliotecas.

El último estudio fotográfico de Jean Laurent que muy poca gente conoce

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El último estudio fotográfico de Jean Laurent que muy poca gente conoce

Jean Laurent fue uno de los fotógrafos más importantes del siglo XIX en España. Tuvo una de las carreras más prolíficas que se pueden recordar. El último estudio que tuvo se lo hizo su amigo el arquitecto Ricardo Velázquez Bosco en el barrio de Retiro, en Madrid. Lo mejor es que todavía está en pie. Actualmente es un colegio.

Seguramente podamos encontrar más estudios del siglo XIX a lo largo y ancho de España, pero creo que este palacete es el que mejor se conserva y el que más puede llevarnos a la época en la que los procesos nobles eran los reyes de la imagen. Fue en este lugar donde murió Jean Laurent el 24 de noviembre de 1886 con 70 años.

El negocio iba viento en popa a toda vela. Pero lo que más llama la atención en la carrera de J. Laurent es cómo no paró de desplazarse de un lado a otro confín de España para documentar todos sus rincones, sus obras civiles y todo lo que pudiera estar relacionado con el mundo del arte. Al final de sus días, con el negocio ya en manos de su hijastra y su yerno, tomaron la decisión de tener un estudio-vivienda para acabar con el nomadismo que había sido norma durante toda su vida.

Laurent9 Plano de Ricardo Velázquez Bosco (http://oa.upm.es/49058/1/2010_laurent_MAB_opt.pdf)

Por diferentes motivos que veremos a continuación el arquitecto de tal edificio fue Ricardo Velázquez Bosco, autor del palacio de Velázquez y el palacio de Cristal del parque de El Retiro o la Escuela Técnica Superior de Ingenieros de Minas de Madrid, uno de los secretos mejor guardados a los turistas.

La historia del estudio de J. Laurent

J. Laurent debía ser una persona explosiva, expansiva. Fue capaz de convivir con todos los gobiernos que le tocó conocer a lo largo de los años convulsos del siglo XIX en España. Conoció a todos los intelectuales de la época y documentó las obras civiles más importantes de España.

Fue capaz de tener la exclusiva para reproducir todas las obras artísticas de España y venderlas a lo largo y ancho de Europa. Gracias a él los grandes maestros españoles empezaron a ser reconocidos en todas las universidades europeas. Por ejemplo era el fotógrafo en exclusiva del museo del Prado.

Laurent3 Escalera del palacete de Velázquez Bosco

Cuando murió su mujer Amalia en 1869, su hijastra Catalina y su marido Alfonso Roswag se fueron a vivir con él. Fue cuando la compañía pasó a llamarse J. Laurent & Cía. En 1881 decidió ceder el negocio en su totalidad a su yerno, pero evidentemente siguió ligado. En esta época Ricardo Velázquez Bosco recibió el encargo de hacer los palacios de el Retiro. Hay fotos en el archivo de la construcción de estos edificios. Así que ahí se debieron conocer.

Los nuevos propietarios del negocio decidieron construir un edificio que fuera a la vez estudio y vivienda. No deja de sorprender lo lejos que estaba entonces el terreno del centro de la ciudad. Sobre todo si recordamos que su estudio más famoso estuvo al lado justo del Congreso. Todo el que quisiera retratarse debía hacer un buen viaje por tierras hasta entonces vírgenes.

Laurent7 Fachada este

En 1882 compraron el terreno cerca del inicio de la carretera de Valencia. Y en 1884 está registrada la licencia de construcción con los planos de Velázquez Bosco. Tuvieron muchos problemas por lo accidentado del terreno. Pero por fin, en 1886 la familia se trasladó a este lugar, en la calle Granada con Narciso Serra.

La alegría debió durar bien poco, porque en noviembre de aquel año, Jean Laurent murió entre sus muros... Y todo debió cambiar. El negocio se vino a pique en manos de los descendientes. Su legado pasó por varias manos. Resucitó con J. Lacoste y el archivo llegó a manos del Estado en 1975.

El valor del edificio

Desconozco si es posible encontrar en España algo similar al palacete de Laurent. Un edificio construido íntegramente para un fotógrafo. Todo el diseño estaba pensado para la fotografía. Desde el estudio con luz natural hasta los sótanos para el revelado de las copias.

Laurent4 Estudio de J. Laurent

El propio Velázquez Bosco escribió, como podemos leer en este interesante blog sobre Madrid:

destinada a habitación y talleres de estampación del establecimiento fotográfico de los Señores J. Laurent y Cía en el solar situado en la calle de Granada esquina a la de Narciso Serra, constará de piso de sótanos de 4 metros de altura, de planta baja de 4,35 m. de altura y de planta principal en la cual, según se indica en los adjuntos planos estará situada la galería y los talleres…

He tenido la suerte de poder ver por dentro cómo es actualmente. No queda nada de los tiempos pasados. Solo la estructura. Y una escalera de madera que debió recoger los pasos de la familia. No queda nada. Parece ser, como me comentó la actual directora del centro, que el colegio cumplirá pronto los 75 años de existencia como tal.

Laurent2 Antiguos sótanos. Ahora gimnasio

El palacete tiene tres pisos. Un sótano donde debían estar los depósitos y almacenes. La planta baja donde estaban los despachos y el archivo, así como la recepción de los clientes y una planta principal donde se encontraba el estudio y el laboratorio (era imprescindible que estuvieran juntos debido a las técnicas de entonces).

He podido ver los sótanos, convertidos en gimnasio y comedor. Y la planta superior, donde estaba el estudio lleno de luz. Evidentemente está orientado hacia el norte para aprovechar la luz durante todo el día, como ocurría en todos los estudios de la época, ya fueran de pintores, cineastas o fotógrafos.

Laurent5 La luz de J. Laurent

Desgraciadamente el techo de cristal original se ha perdido. Era su seña de identidad, junto con el escudo donde ponía claramente 'Fototipia y fotografíade J. Laurent y Compañía'. Ahora es un aula de informática con monitores de tubo.

Dentro de este edificio de inspiración neomudejar, con cerámicas de los Zuloaga y ladrillo visto, no queda ningún recuerdo fotográfico. El colegio se conoce como el Francisco de Quevedo, uno de los grandes escritores del Siglo de Oro. Pero nada de fotografía. Nada.

Laurent8 No queda nada de su pasado

Cuentan las malas lenguas de la villa y corte que el declive se debió precisamente a todos los problemas que supusieron la construcción de este palacete. Y puede que tengan razón. Eso sí, hoy en día en el barrio (en el cual tengo la suerte de vivir) nadie conoce la historia de este edificio. Sería maravilloso poner una placa en su memoria, o cambiar el nombre de la calle. Un bonito homenaje a una de las figuras más importantes de la fotografía del siglo XIX. ¿Quién se apunta?

¿Y si fue Gerda Taro la que hizo la famosa fotografía 'Muerte de un miliciano' de Robert Capa?

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¿Y si fue Gerda Taro la que hizo la famosa fotografía 'Muerte de un miliciano' de Robert Capa?

Otra vez vuelve a la palestra un tema que ya roza el mito. El tema es antiguo y creo que nunca se podrá resolver, pues los protagonistas de la historia o aquellos que la rozaron están ya muertos. Estamos hablando de la fotografía más famosa sobre la guerra, la conocida 'Muerte de un miliciano' de Robert Capa. Según un estudio del historiador Fernando Penco, el negativo original es de 6x6 cm y podría llevar a pensar que la hizo Gerda Taro realmente. ¿Alguna vez se sabrá la verdad?

La historia se merece un buen guion y una buena película. Estamos ante una de las historias de amor más llamativas del siglo XX. Drama, pasión, guerra y un triste final. Ella pudo tenerlo todo, solo él lo consiguió. Ella murió primero y él la recordó hasta el momento en el que pisó la mina que le mataría en Indochina, unas décadas después. Juntos idearon a Robert Capa. Él se quedó con el nombre y la fama. Y nunca se supo quién fue el verdadero autor de las fotografías de aquella guerra que fue un experimento para el mundo y una tragedia para España.

'Muerte de un miliciano' es una de las imágenes que más literatura ha generado. Hay mil teorías, mil ensayos, películas y documentales para tratar de dilucidar qué estamos viendo. ¿Es la muerte en directo? ¿Es una representación? ¿Es verdad o es mentira? La verdad que desde un punto de vista histórico la respuesta correcta no es más que una curiosidad. Porque estamos ante un icono, una de las últimas leyendas del siglo XX. Pero Robert Capa siempre estará marcado.

No hay manifestación ni libro sobre historia del siglo XX en el que no aparezca esta imagen. Ya pertenece al mundo y está a la altura del 'Guernica' de Picasso. Incluso durante un tiempo estuvieron las dos juntas en la misma sala en el museo Reina Sofía (sobre cómo tratan a la fotografía en este lugar daría para artículo). Por este motivo cualquier noticia sobre ella llama la atención.

La historia de Robert Capa

La historia es de sobra conocida, así que no haré más que un resumen. Dos jóvenes buscan como ganarse el pan. Ambos quieren comerse el mundo. Pero en aquella época no era fácil. Así que se inventaron la figura de Robert Capa, un fotógrafo americano que estaba de gira por Europa y que ofrecía su trabajo a las revistas europeas durante su gira.

Los dos harían las fotos y los editores nunca llegarían a conocer al fotógrafo porque siempre estaba trabajando. Ella sería la representante. Pero la historia real es que tanto Ernö Friedmann como Gerda Taro hacían las fotografías juntos para tener mayores posibilidades de éxito. Los dos eran buenos. Pero en los años 30 las mujeres no lo tenían fácil para estar en primera fila.

Capa Taro Capa 00 Los dos creadores de Robert Capa

Ella murió muy pronto aplastada por un tanque en la guerra civil. Unos dicen que murió allí mismo, en Brunete. Otros aseguran que en el hospital de San Lorenzo del Escorial. Y todos aseguran que él no se repuso jamás. Puede que por este motivo, por homenaje a ella, mantuviera el nombre que los unió. O a lo mejor la vida le enseñó que el sentimentalismo no servía para nada y que en el mundo lo único que vale es ser famoso. ¿Por qué abandonar al personaje? Desde entonces firmó en solitario como Robert Capa, el mejor fotógrafo de guerra.

¿Y si una de las fotografía más famosas de la historia la hizo Gerda Taro?

Como hemos dicho al principio, esta idea ha vuelto a circular por las redes. Hay un ensayo que asegura que la fotografía del miliciano la hizo realmente Gerda Taro. Y que todo lo que sabemos hasta ahora no es más que una de las muchas historias inventadas que contaba Robert Capa en las tabernas, en los palacios y en su autobiografía.

Capa El Miliciano 1 ¿Quién la hizo?

Todo parte de las investigaciones que se pusieron en marcha cuando apareció la famosa maleta mexicana. Una caja con la mayoría de los negativos que hicieron la famosa pareja y David Seymour durante la contienda. Todo estaba ahí, salvo los negativos de aquellas fotografías.

Una caja con la mayoría de los negativos que hicieron la famosa pareja y David Seymour durante la contienda. Todo estaba ahí, salvo los negativos de aquellas fotografías.

Parece ser que Eijiro Yoshioka, conservador de fotografía del Museo Fuji de Japón y uno de los máximos conocedores de la obra de Robert Capa, y autores como José María Susperregui, profesor Titular de la Universidad del País Vasco UPV-EHU, en su libro 'Sombras de la fotografía Los enigmas desvelados de Nicolasa Ugartemendia, Muerte de un miliciano, La aldea española y El Lute' concuerdan en señalar que el negativo original de la fotografía debió ser de 6x6 cm.

Y partiendo de los escasos datos que se tienen, el historiador Fernando Penco propuso en 2014 la idea que estos días esta circulando por las redes:

Capa Reflex Korelle De Lomography.es

El que la imagen se hubiese tomado con una Reflex Korelle -la cámara que, según Irme Shaber, biógrafa de Gerda Taro, empleó la reportera entre agosto y septiembre de 1936- y no con la Leica que usaba Capa ha abierto un nuevo camino provocando, en mi caso, serias dudas acerca de quién fue verdaderamente la persona que pulsó el disparador.

Como él mismo reconoce este dato abre muchas posibilidades. Y se puede sugerir que la fotografía es de Gerda Taro. Todos hemos imaginado siempre a Robert Capa con la famosa Leica en la mano y fotografiando al miliciano. Pero todo cambiaría si hubiera sido ella con su Reflex Korelle. No podemos olvidar que gracias al historiador Fernando Penco sabemos que todo sucedió en Espejo, un pueblo de Córdoba, en la Haza del Reloj, que está a 50 minutos en coche del cerro Muriano, donde siempre se ha situado.

No podemos negar que la historia de la fotografía se está convirtiendo en algo mucho más interesante que la propia imagen. El mito está cayendo pero la fuerza de la imagen está ahí. Sigue impresionando y sobre todo nos sigue lanzando la misma pregunta de siempre: ¿De verdad las guerras son necesarias?


Todos conocemos a Daguerre como inventor de la fotografía… ¿pero realmente lo fue?

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Todos conocemos a Daguerre como inventor de la fotografía… ¿pero realmente lo fue?

La fotografía es uno de los inventos que ha cambiado la historia de la humanidad. No concebimos el mundo sin ella. Es parte fundamental de nuestras vidas. Y más para los que la amamos. Siempre hemos dado por sentado que la fotografía se presentó el 19 de agosto de 1839 de la mano de Daguerre. ¿Pero él fue el inventor? ¿O solo el primero que encontró los apoyos suficientes?

En nuestras librerías y en nuestros bibliotecas todos los amantes de la fotografía tenemos algún que otro manual de historia de la fotografía. Desde el clásico de Sougez, el de Newhall, el de Frizot o cualquiera del gran Publio López Mondéjar. Si no los tenemos a mano, siempre podemos acudir a internet para encontrar mil páginas que hablan sobre el tema.

Inventorv 1 Uno de los primeros trabajos de Daguerre

De hecho, el 19 de agosto es el día de la fotografía. Y todo porque aquel día François Arago presentó en la Academia de las Ciencias el famoso daguerrotipo. Convenció al Estado francés para que comprara la patente por 6000 francos anuales para Daguerre y 4000 para el hijo de Niepce. Y en su discurso anunció que lo cedían para que cualquier hombre pudiera utilizarlo e incluso mejorarlo:

La invención no puede ser protegida por una patente. Una vez que se conozca, todo el mundo podrá utilizarlo. […] Por lo tanto, o este proceso es de todo el mundo o no se conocerá. Y será una pena para todos los amigos del arte y de la ciencia si tal secreto permanece impenetrable para el público y se pierde tras la muerte de sus inventores.

La figura de Niepce

Pero no todo es tan sencillo. Daguerre presentó al mundo el daguerrotipo a partir de las investigaciones originales de Niepce, su socio. En muchas crónicas se le considera el primer inventor de la fotografía. Se le considera el autor de la primera imagen fotográfica de la historia. El proceso se conoce como heliografía, escrito por el sol. Y con él sacó la famosa 'Punto de vista desde la ventana de Saint-Loup-de-Varennes' en 1826.

Inventor Ii La famosa vista de Niepce

En algunos sitios dicen que tardó ocho horas en hacerla, otros autores, como Quentin Bajac, apuestan por varios días. Pero es verdad que esta es la primera imagen que se conserva a partir del principio fotográfico que todos entendemos hoy. La luz atraviesa una lente y entra en una cámara oscura en la que se registra la imagen al revés e invertida en un soporte sensibilizado.

Pero se sabe, como podemos leer en el magnífico libro 'La invención de la fotografía. La imagen revelada', del citado Quentin Bajac, que durante los últimos años del siglo XVIII y los primeros del siglo XIX ya se conocían los principios fotográficos y la posibilidad de conseguir una imagen. Pero la imagen se desvanecía al poco tiempo.

Es decir, que Niepce, cuando se puso a investigar en 1816, con 51 años, conocía muchos procesos para lograr congelar el tiempo en una hoja de papel. Y en apenas diez años logró la famosa vista desde su ventana.

Los posibles padres de la fotografía

Lo que queda claro es que Niepce partía de una base, no solo de la ilusión de lograr una imagen por procedimientos mecánicos por su incapacidad de pintar. Siempre se dice que los griegos clásicos conocían la propiedad de algunos compuestos de oscurecerse en contacto con la luz. Que los egipcios teñían sus cabelleras con plata que oscurecía en contacto con la luz del sol... o que los alquimistas medievales trabajaban con la luna cornea...

Pero vamos a acercarnos a los tiempos de Niepce. Hay muchos nombres, muchos científicos que habían conseguido lo que hizo Niepce. Podemos hablar de los alemanes Schultze y Scheele (descubridor del imprescindible fijador) que conocían las propiedades de unas famosas sales de plata. Desde luego tenían que conocer los trabajos de Alberto el Grande (1139-1238) sobre el nitrato y los de Georges Fabricius (1516-1571) sobre el nitrato. Schultze, como podemos leer en este artículo:

descubrió que al verter en un recipiente yeso, plata y ácido nítrico, agitando seguidamente la mezcla, ésta se ennegrece sólo por la parte expuesta a la luz. A este producto lo denominó scotophorus –que aporta tinieblas–, en contraposición con el de phosphorus –que aporta luz–. Pensó que con la luz se podría grabar el yeso tratado con nitrato de plata, vertiendo la solución en un frasco, en cuyo exterior colocó una etiqueta con una inscripción y exponiéndolo a la luz de una ventana. Curiosamente, cuando retiró la etiqueta comprobó que el rótulo había quedado grabado en el sedimento. Pero Schulze abandonaría pronto sus experimentos.

Inventor Iii Los trabajos de Thomas Wedgwood

Y no podemos olvidar a Thomas Wedgwood, que logró las primeras impresiones colocando objetos sobre papeles sensibilizados. Lo único es que cuando estos papeles se ponían en contacto con la luz, desaparecían... Qué bien le hubiera venido, para pasar a la historia, conocer el trabajo de Scheele.

Lo que queda claro es que Niepce tuvo la suerte de cruzarse con Daguerre, un hombre público al que la gente adoraba por sus impresionantes dioramas en París. Su espectáculo, similar a los belenes que se iluminan en las fiestas navideñas pero en grandes dimensiones, se perdió en un incendio. Y eso le llevó a buscar nuevos caminos para salir adelante. Dudo mucho que hubiera contactado con Niepce si no hubiera perdido todo en el fuego.

Los inventores no oficiales de la fotografía

Lo más curioso es que en 1839 la fotografía no era un misterio para el círculo académico. En los círculos científicos se sabía que antes o después alguien acabaría presentando la solución perfecta. Se conocían los principios físicos de la luz y las propiedades químicas de algunos elementos. Solo faltaba una cosa... Y el dinero lo consiguió Daguerre.

Porque en 1839, después de la generosa donación del gobierno francés, salieron varios autores que aseguraban haber conseguido lo mismo que Daguerre. Pero por diversos motivos, habían llegado tarde. Y es algo que siempre nos tiene que llamar la atención.

Hace algún tiempo hablamos de un posible inventor español. Ramos Zapetti enseñó a sus amigos D. Carlos y don Federico de Madrazo (director del museo del Prado) lo siguiente:

Un día, citados de antemano D. Carlos y don Federico, vieron asombrados reproducida en brillante lámina de cobre una figura y parte del estudio, que con júbilo grandísimo los mostró Ramos Zapetti comprobando cuanto les había anunciado. Fue éste un acontecimiento celebrado entre los artistas. Hubo quien hizo proposiciones para la adquisición del invento, que Ramos no aceptó. Unos dos años después se hizo público el invento de Daguerre.

Pero no podemos olvidar a dos de las figuras más olvidadas, incluso en la época, y que han sido injustamente tachadas de la historia como inventores de la fotografía.

Es muy curioso el baile de fechas, el posible uso de F. Arago de la presentación de la fotografía como cortina de humo, y todo lo que hizo para conseguir que esa donación universal fuera la noticia del siglo. Es muy difícil confirmar las fechas. Muchas de las fuentes que he consultado no coinciden, así que voy a fijarme de nuevo en las de Quentin Bajac.

William Henry Fox Talbot presentó en la Royal Society de Londres su calotipo. El primer proceso negativo/positivo de la historia. Lo hizo el 31 de enero de 1839, siete meses antes que Daguerre. No tuvo el impacto esperado y no tuvo más remedio que enviar sus pruebas a París, a F. Arago... Dicen que las escondió para evitar pisar la presentación que iba a hacer en verano.

Inventorvi 1 Los primeros calotipistas

Es verdad que estos primeros calotipos no tenían la calidad del daguerrotipo, pero está claro que fue uno de los pioneros y que fue el único que consiguió la famosa reproducibilidad de la fotografía.

Otro autor que cayó en desgracia pero que se le podría considerar igualmente inventor de la fotografía es Hyppolite Bayard. Otro investigador francés que fue silenciado por los contactos de Daguerre. En 1837 presentó el dibujo fotográfico.

Su técnica era muy similar a la del daguerrotipo. Pero carecía de la fama de Daguerre y aunque intentó lograr el mismo reconocimiento que su compatriota, solo logro 600 francos de compensación. Desesperado por la situación y con un ojo fotográfico ingenioso, presentó el 18 de octubre de 1840 el famoso autorretrato 'El ahogado', con la siguiente nota manuscrita:

Este cadáver que ven ustedes es el del Señor Bayard, inventor del procedimiento que acaban ustedes de presenciar, o cuyos maravillosos resultados pronto presenciarán. Según mis conocimientos, este ingenioso e infatigable investigador ha trabajado durante unos tres años para perfeccionar su invención. La Academia, el Rey y todos aquellos que han visto sus imágenes, que él mismo consideraba imperfectas, las han admirado como ustedes lo hacen en este momento. Esto le ha supuesto un gran honor, pero no le ha rendido ni un céntimo. El gobierno, que dio demasiado al Señor Daguerre, declaró que nada podía hacer por el Señor Bayard y el desdichado decidió ahogarse. ¡Oh veleidad de los asuntos humanos! Artistas, académicos y periodistas le prestaron atención durante mucho tiempo, pero ahora permanece en la morgue desde hace varios días y nadie le ha reconocido ni reclamado. Damas y caballeros, mejor será que pasen ustedes de largo por temor a ofender su sentido del olfato, pues, como pueden observar, el rostro y las manos del caballero empiezan a descomponerse

Inventori El ahogado de H. Bayard

Y podríamos seguir hablando de más autores a los que se les podría reconocer como inventores oficiales de la fotografía. Además de los tres citados podemos recordar y buscar las historias de perfectos desconocidos que lograron los mismo que Daguerre aquellos años. Pero nadie les recuerda: el polaco M. Strasz, los franceses Desmaret, Vérignon o Lassaigne; los alemanes Carl August Steinheil, Franz von Kobell y Jacob Carl Enslen; los escoceses Andrew Fyfe y Mungo Ponton... Por no hablar de Hercules Florence, un italiano emigrado en Brasil que logró fijar sus fotografías en 1833...

Como veis hay muchos padres de la fotografía. Pero en la historia solo nos dejan recordar a uno. Fue el que más apoyos obtuvo y el que más beneficios económicos logró. Daguerre es el padre oficial de la fotografía para muchos. ¿Hubiera cambiado la historia de la humanidad si él no estuviera ahora en todos los libros? Igual es el momento de hacer una revisión. ¿Qué pensáis?

Hasselblad nos recuerda la evolución de la fotografía en el espacio con motivo del 50 aniversario de la llegada a la Luna

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Hasselblad nos recuerda la evolución de la fotografía en el espacio con motivo del 50 aniversario de la llegada a la Luna

Un lunes 20 de julio de 1969, la humanidad pisó por primera vez nuestro satélite natural. La misión del Apollo 11 ponía a Buzz Aldrin y Neil Amstrong sobre la superficie Lunar, y con ello una marca en la historia de la humanidad. Para celebrar 50 años desde ésta exitosa misión, Hasselblad abrió un nuevo portal en su página hablando sobre la historia de la marca en el espacio.

Sin embargo no me quiero meter solo en la historia de Hasselblad. Al leer la página sobre fotografía de la NASA, vemos que antes de las misiones que llevaron a Apollo 11, la fotografía no era un elemento tenido en cuenta para el viaje espacial. Además de las dificultades técnicas, la fotografía era un tema de documentación para los archivo de lanzamiento y entrenamiento.

Así mismo, había ciertas dudas sobre si realizar fotografías aeroespaciales podía ser visto ante otros gobiernos como un acto de mala fe y guerra. Pero, gracias a la llegada de los satélites, el análisis metereológico y el mapeo de la Tierra fueron prioridad en desarrollo, logrando que la evolución de la fotografía aeroespacial fuera de manera acelerada.

Nasa 004 Primer astronauta en llevar una cámara al espacio.

Un año tras la llegada de Yuri Gagarin al espacio, John Glenn fue el primer astronauta en llevar una cámara al espacio; una Minolta de carrete Ansco comprada en una tienda local poco tiempo antes de su misión. Tenía pequeñas modificaciones para poder utilizarse con el traje espacial, pero seguía siendo un instrumento secundario para los objetivos de la misión. Sin embargo, gracias a las capturas del amanecer orbital capturadas por el astronauta, el verdadero potencial científico de la fotografía en las misiones fue más claro.

Nasa 006 'Orbital Sunset' - John Glenn, 1962. Primeras fotografías de la Tierra desde el espacio.

Esto llevó a la NASA a buscar una alianza para poder conseguir imágenes de alta calidad. Así llega la primera época de la alianza con Hasselblad. El Astronauta Walter Shirra propone la marca sueca debido a que le gusta su diseño y calidad. En esta relación comienzan a utilizarse Hasselblads 500C para las distintas misiones. Para evitar accidentes y problemas en las tomas, las cámaras eran modificadas, quitando toda la cobertura de cuero del cuerpo, modificando los sistemas de obturación para mayor facilidad de captura y ajustando los carretes de 12 a 70 exposiciones, pues en el espacio sería muy difícil estar cambiando de carrete.

hasselblad Hasselblad 500EL Data Camera.

El éxito de las capturas realizadas en los primeros años de misiones espaciales llevaron a la organización a utilizar cuerpos especiales que se unirían al programa Apollo desde la octava misión. La Hasselblad 500EL Data Camera. El cuerpo había sido modificado y contaba con una platina de resina con cruces grabadas para poder analizar las imágenes teniendo en cuenta su perspectiva. Produciendo imágenes icónicas, como la portada del artículo y el amanecer terrestre.

Nasa 005 'Earthrise'

Si bien las cámaras principales en las misiones eran de Hasselblad, se utilizaron distintos medios de documentación. Cámaras de cine de 16mm y cámaras electrónicas de televisión eran incluidas en los viajes de ida. Cámaras de 35 mm y más pequeñas también eran utilizadas para distintos tipos de fotografía, la mayoría documentando desde el interior de la cabina.

Nasa 001 Huella de Buzz Aldrin en la superficie de la luna

La NASA siguió esta relación de Hasselblad en el espacio. Sin embargo, con los cambios tecnológicos, la llegada de la era digital ha llevado a los astronautas actuales a nuevos sistemas. Sabemos que Nikon lleva en el espacio desde 1971, cuando fue llevada como cámara secundaria en la misión del Apollo 15. Actualmente la ISS está equipada con varias cámaras de la japonesa. Hace unos años el ex-astronauta Chris Hadfield nos mostraba lo que era capturar imágenes desde las afueras de la tierra.

Ahora Hasselblad celebra 50 años desde su llegada a la Luna, pero lo maravilloso es ver los casi 60 años de evolución para llegar de curvaturas de la luz sobre la tierra a las maravillosas imágenes que podemos disfrutar hoy de nuestro hermoso planeta, como la imagen de abajo.

Nasa 002 'Desierto de Taklimakan y Tien shian' - NASA, 2018

¿Cómo es la imagen que produce un objetivo de hace 100 años?

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¿Cómo es la imagen que produce un objetivo de hace 100 años?

Una practica popular entre varios aficionados de la fotografía es la restauración y adaptación de objetivos antiguos. Éstos suelen producir resultados increíbles, con bokeh's únicos y aberraciones que les dan una sensación única. Algunos de estos proyectos utilizan objetivos de proyectores, mientras que otros, como el que presentamos hoy, utilizan objetivos rescatados de cámaras de hace más de 100 años.

El vídeo de arriba fue realizado por Mathieu Stern. El fotógrafo logró conseguir una cámara tipo Vest Pocket de Kodak, lanzada por primera vez en 1912. Como se muestra en la pieza, esta cámara fue muy popular en la época de la Primera Guerra, dándole así el nombre de ‘la cámara de los soldados’. Para adaptar el objetivo tuvo que retirarlo de la cámara original y adaptarlo a un cuerpo usando un adaptador de montura C a aro tipo M42, para ser colocado en un cuerpo que pudiera ser adaptado de M42 a montura E de Sony.

Stern menciona que el objetivo no veía la luz hace 100 años, donde lo último que debió pasar a través de él fueron imágenes de la guerra. Por ese motivo, en el vídeo realiza un montaje de imágenes “luminosas y positivas” alrededor de Viena. Con resultados asombrosos.

Como reporta FStoppers, el fotógrafo quedó asombrado por la nitidez y color del objetivo. También agradece que este objetivo contara con un modo de disparo en bulbo, pues así pudo mantener el lente abierto durante las grabaciones. Los experimentos de objetivos que realiza Stern son llamativos, así que los más curiosos queréis visitar su canal de YouTube.

Alfred Eisenstaedt, un gran fotoperiodista y retratista “eclipsado” por una de las imágenes más icónicas de la historia

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Alfred Eisenstaedt, un gran fotoperiodista y retratista “eclipsado” por una de las imágenes más icónicas de la historia

Hemos hablado muchas veces de una de sus fotos, el mítico beso de un marinero a una enfermera en Times Square el día que se anunció el fin de la Segunda Guerra Mundial, pero seguramente Alfred Eisenstaedt sea un gran desconocido para la mayoría más allá de aquella instantánea, algo que nos proponemos remediar.

Alfred Eisenstaedt 02 Foto de Alfred Eisenstaedt capturada del vídeo Alfred Eisenstaedt

Y es que este artista no sólo fue un gran retratista de personajes importantes, sino que tuvo una larga e importante carrera en medios de comunicación que le llevó a ser considerado uno de los padres del fotoperiodismo moderno. De hecho, hace unos meses nosotros le incluimos en nuestro listado de los (probablemente) 50 mejores fotógrafos de la historia.

Sus fotos coparon las páginas de la revista Life, del que fue uno de los mejores fotógrafos de su historia. De hecho suyas fueron casi cien portadas, entre ellas la del beso en Times Square. Pero además, se prodigó retratando a todo tipo de personajes conocidos de la sociedad norteamericana. Aunque antes ya había tenido una etapa como fotoperiodista en Berlín en la que incluso tuvo el dudoso honor de fotografiar a Hitler y Mussolini juntos. Vamos a conocerle un poco más.

Alfred Eisenstaedt Hitler Mussolini Foto de Alfred Eisenstaedt capturada del vídeo Alfred Eisenstaedt

Alfred Eisenstaedt (1898 – 1995)

El dato de Hitler no es baladí porque, precisamente, nuestro protagonista era de origen judío y nació en Dirschau, una región de Prusia Oriental que actualmente pertenece a Polonia pero, por aquel entonces, era parte del imperio alemán. Siendo aún muy joven su familia se trasladó a vivir a Berlín, donde empezó a hacer fotos gracias al regalo que le hizo su tío: una Eastman Kodak plegable (que debió ser similar a ésta).

Durante algunos años realiza fotos, pero sólo como aficionado, hasta que con 17 años se marcha al frente de la Primera Guerra Mundial. Una contienda de la que sale gravemente herido en las piernas, lo que le obligó a estar un largo tiempo de recuperación (sin poder andar). Algo que, por otro lado, le permitió profundizar en la técnica fotográfica.

Alfred Eisenstaedt Foto de Alfred Eisenstaedt capturada del vídeo Alfred Eisenstaedt

Aún así, no tenía intención de vivir de ella (trabajaba como comerciante) hasta que, en 1927, consigue vender su primera fotografía a una publicación. Esto le anima a dedicarse profesionalmente al medio y convertirse en fotógrafo freelance. Primero trabajando para el periódico Berliner Tageblatt y, posteriormente, para otras publicaciones del país, así como para la agencia Pacific and Atlantic Photos Berlin, que después sería absorbida por Associated Press.

Así, rápidamente logra un nombre como fotoperiodista que le permite vivir de la fotografía. Además, un encargo para cubrir los Premios Nobel en Estocolmo, le lleva a realizar un célebre retrato de su compatriota Thomas Mann, lo que le hace adentrarse también en este campo donde empieza a retratar a personalidades como Marlene Dietrich, Albert Einstein y Richard Strauss.

Alfred Eisenstaedt Foto de Alfred Eisenstaedt capturada del vídeo Alfred Eisenstaedt

Incluso, como contábamos antes, llegó a retratar (aunque no formalmente sino como corresponsal en una reunión) a los dictadores Benito Mussolini y Adolf Hitler. Y también al funesto Joseph Goebbels (ministro de propaganda del régimen nazi), a quien retrató en una toma famosa por haber sido capaz de captar la funesta personalidad de quien fue uno de los mayores culpables del holocausto.

El salto a los EE.UU

En 1935, dos años después de que Hitler se hiciera con el poder en Alemania, Eisenstaedt emigra a los Estados Unidos (como tantos otros judíos huyendo de la persecución nazi) y se instala en el neoyorkino barrio de Queens. Sólo un año después, en 1936, es uno de los cuatro primeros fotógrafos contratados para el relanzamiento de la Life Magazine, que pasó de ser una publicación de humor e información general a convertirse en un referente del fotoperiodismo, donde las imágenes tenían una importancia crucial.

Alfred Eisenstaedt Foto de Alfred Eisenstaedt capturada del vídeo Alfred Eisenstaedt

Esa fue la etapa dorada de Life, que llegó a vender más de diez millones de ejemplares semanales, con Eisenstaedt copando sus páginas: unas noventa portadas (como ya hemos contado) y más de diez mil fotografías suyas publicadas. Allí estaría (nada menos) hasta 1972 y coincidiría con nombres ilustres como Margaret Bourke-White y Robert Capa.

Esos casi cuarenta años dieron para mucho, y aunque también cubrió acontecimientos en el extranjero (por ejemplo, estuvo en Hiroshima y Nagasaki) se dedicó sobre todo a documentar la sociedad americana de los años de la guerra, así como su crecimiento y renacimiento posterior. En ese tiempo fue enviado a todo tipo de actos y reuniones políticas, eventos sociales y demás acontecimientos de la vida norteamericana.

Alfred Eisenstaedt Katharine Foto de Alfred Eisenstaedt capturada del vídeo Alfred Eisenstaedt

Y, por supuesto, también se dedicó a retratar a personalidades de todo tipo: actrices famosas como Sophia Loren y Marilyn Monroe, escritores como Ernest Hemingway y políticos como Winston Churchill o John F. Kennedy (a quien realizó el retrato oficial cuando fue investido presidente).

En 1942 se convirtió en ciudadano estadounidense y tres años después captó la foto que ha quedado para la posteridad como una imagen icónica de la historia. Hablamos, de nuevo, de la conocida foto del beso, una instantánea que tenía por título ‘V-J Day in Times Square’ (referido al “Día de la Victoria sobre Japón”) y que fue, como no podía ser menos, una de las portadas más famosas de la revista Life en toda su historia.

Beso Times Square Alfred Foto de Alfred Eisenstaedt con licencia de dominio público

Claro que su carrera no siempre estuvo ligada a Life, revista que en 1972 (cuando Eisenstaedt se marchó) empezó a decaer, hasta su desaparición en 2007. De hecho el fotógrafo colaboró con otras publicaciones como People, Harper's Bazaar y Vogue, participó en diversos proyectos, publicó varios libros y realizó numerosas exposiciones.

Una de ellas, por cierto, en su tierra natal a donde regresó con 81 años para realizar una muestra con imágenes suyas de los años 30. El caso es que estuvo activo como fotoperiodista hasta los 80 años (falleció en 1995 a la edad de 96 años) y, a partir de la década de los 60, recibió todo tipo de premios y reconocimientos; por ejemplo de la American Society of Magazine Photographers y de la ciudad de Nueva York.

Pionero del fotoperiodismo

Más allá de la foto del beso, su obra está plagada de grandes imágenes, que inmortalizaron la sociedad norteamericana de sus tiempos, y excelentes retratos que supieron captar la personalidad de los protagonistas con una gran naturalidad. A diferencia de otros reporteros de la época, Eisensteadt era un fotógrafo generalista conocido por su “ojo rápido” y su habilidad para tomar buenas fotos de cualquier tipo de evento.

Alfred Eisenstaedt Camarero Autorretrato de Alfred Eisenstaedt capturado del vídeo Alfred Eisenstaedt

Como fotoperiodista, su éxito se debió a una combinación de aptitudes (determinación, anticipación, buen ojo para la composición y una baja altura que le ayudaba a pasar desapercibido) y al uso de cámaras de pequeño formato, de las que fue pionero desde sus comienzos. De hecho, en vez de las cámaras de gran formato, él trabajó desde el comienzo con pequeñas Leica de 35 mm utilizando sólo luz natural.

Gracias a este tipo de cámaras pequeñas (primero las Leica y más tarde Rolleiflex) conseguía una gran libertad de movimientos, rapidez y flexibilidad para “encontrar y captar el momento que cuenta una historia”. En el campo del retrato, también se limitaba a este tipo de cámaras y al uso únicamente de luz natural. Una forma de trabajar bastante informal para la época, pero que le permitía crear una atmósfera relajada para fotografiar a personajes famosos, a los que trataba como amigos.

Alfred Eisenstaedt Foto de Alfred Eisenstaedt capturada del vídeo Alfred Eisenstaedt

Sin duda un personaje que merece la pena conocer, y honrar, para saber un poco más la historia de la fotografía, Porque, más allá de la foto del beso en Times Square, sin duda Alfred Eisenstaedt es uno de los personajes que, por derecho, tiene que figurar en letras grandes como uno de sus imprescindibles.

Foto de portada | Recorte de ‘V-J Day in Times Square’ de Alfred Eisenstaedt con licencia de dominio público. Todas las fotografías de Alfred Eisenstaedt

Hoy es el Día Mundial de la Fotografía ¡Feliz 180 cumpleaños!

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Hoy es el Día Mundial de la Fotografía ¡Feliz 180 cumpleaños!

Tal y como os recordamos casi cada año, hoy 19 de agosto es el Día Mundial de la Fotografía en recuerdo de la fecha en la que el gobierno de Francia compró la patente del daguerrotipo, lo presentó al público y lo anunció como un regalo “gratuito para todo el mundo”, allá por 1839. Es decir, este año la cifra es redonda ya que la fotografía cumple 180 años de historia.

View From The Window At Le Gras Joseph Nicephore Niepce 'Vista desde la ventana en Le Gras', la primera fotografía de la historia realizada por Niépce en 1826.

Al menos contada desde esa fecha oficial, como ya decimos, porque muchos consideran el nacimiento de la fotografía trece años antes, en 1826, cuando Joseph Nicéphore Niépce realizó las primeras instantáneas de la historia, por lo cual se le viene considerando como el “padre de la fotografía” (que no el inventor, ya que eso fue un proceso muy largo en el que intervinieron muchos actores).

Sin embargo, el daguerrotipo, creado por Louis Daguerre, es considerado la primera cámara fotográfica de la historia. Sea como fuere, el caso es que hoy estamos de celebración, y aunque no exista ningún acto global (sólo una especie de web oficial), todos podemos contribuir con un granito de arena a través de hashtags como #worldphotoday o #diamundialdelafotografia en redes sociales como Twitter o Instagram.

World Photo Day 2019

Además, quizá sea un buen momento para bucear en nuestra etiqueta sobre Historia de la Fotografía y descubrir más cosas relacionadas con este arte que tanto amamos, y por el que todos nos merecemos una (aunque sea pequeña) felicitación. ¡Felicidades para tod@s!

Foto de portada | Garry Knight

Cómo el mercado negro impulsó a la elaboración de arte erótico fotográfico en Europa desde el Daguerrotipo (contenido sensible)

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Cómo el mercado negro impulsó a la elaboración de arte erótico fotográfico en Europa desde el Daguerrotipo (contenido sensible)

El erotismo ha acompañado el arte desde sus inicios. En la fotografía, muy poco después de la llegada de nuestra amada profesión, el mercado negro de distribución pornográfica creó una ola de imágenes eróticas en Inglaterra.

En un artículo por Robert K Bass para Fstoppers, el periodista habla sobre la larga historia de la representación sexual en las artes. En Inglaterra se encuentran piezas con representaciones genitales de hace más de 12.000 años de edad. Estas representaciones fueron acompañando las evoluciones de estilo y técnica, mostrando la relación de la sexualidad con la sociedad, las distintas culturas y la visión del sexo a través de cómo cambia la moral en los años.

Bruno Braquehais Etude De Nu Estudio de desnudo frente Venus de Milo, por Bruno Braquehais

Con la llegada del daguerrotipo a Europa, varios fotógrafos como Bruno Braquehais y Féix-Jaques Moulin crearon estudios fotográficos donde realizaban fotografías de carácter erótico. Muchas de las representaciones tenían un estilo inspirado en la pintura, representando poses de pinturas clásicas llevadas al estudio moderno. Incluso algunas técnicas de captura fueron experimentadas, como se puede ver con el retrato estereoscópico realizado por Braquehais aquí abajo.

Bruno Braquehais Sztereodagerrotipia 1858 Placa de desnudo estereoscópico. Por Bruno Braquehais ca. 1858, París

En el artículo de Bass, el autor menciona que la fotografía se transformó rápidamente en uno de los mercados de tráfico pornográfico de la popular calle Holywell. Lugar donde la imprenta pornográfica llevaba tiempo rondando. En este lugar, los daguerrotipos pintados a mano y, eventualmente, los calotipos eran artículos de lujo y gran interés para la audiencia.

Nude Woman In Colored Daguerreotype By Felix Jacques Moulin Mujer desnuda, por Félix-Jaques Moulín, Daguerrotipo Coloreado.

No solo creció la demanda por estas obras, sino que transformó rápidamente el mercado para suplir las necesidades de obras con copias o producciones baratas y obras creadas por petición para colecciones privadas. Sin embargo, la moral gubernamental, en un intento de controlar y evitar la corrupción de las mentes de los jóvenes, crearon leyes a mediados de 1800 para buscar, retener y quemar el material erótico distribuido ilegalmente en estas calles. Lo que llevó a distribuidores, fotógrafos y algunos agentes de imprenta a la cárcel, hasta sus días de muerte.

Vintage Nude Bust Photograph Of A Young Denuded Lady Mujer desnuda, autor anónimo

Esta serie de investigaciones realizada por Fstoppers continuará en varias ediciones, así que no os perdáis las historias. Os seguiremos contando estas interesantes historias en el futuro.


Imágenes del artículo via Wikimedia

Leopoldo Pomés, homenaje al fotógrafo de la sensualidad

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Leopoldo Pomés, homenaje al fotógrafo de la sensualidad

Leopoldo Pomés murió ayer con 87 años. Nos ha dejado el fotógrafo que nos ayudó a mirar de otra manera durante el franquismo. El publicista que dio forma a los Juegos Olímpicos de Barcelona. En Xataka Foto queremos recordar a uno de los mejores premios nacionales de Fotografía, que nos contó que lo único importante para nosotros es mirar.

Nació en Barcelona en 1937. Antes de este verano, de forma premonitoria, publicó sus memorias, esas que desde hoy llenarán los estantes de las librerías. 'No era pecado' servirá para que conozcamos los pensamientos y las anécdotas de uno de los referentes de la fotografía española.

En aquella España oscura donde solo triunfaba la fotografía épica que rememoraba los tiempos pasados, algunos fotógrafos luchaban contra la imagen estereotipada de las asociaciones y los concursos sociales de las agrupaciones. Leopoldo Pomés fue uno de ellos.

Pomesiv Leopoldo Pomés

La enseñanza de la fotografía en España no existía, así que como tantos otros tuvo que aprenderla de forma autodidacta. A lo mejor con un curso por correspondencia o acercándose a un fotógrafo profesional que accediera a enseñar a un chaval a cambio de que le limpiara las cubetas o le barriera el estudio.

Cuando los fotógrafos se hacían a sí mismos

Con todo en contra la mirada le salvó y le marcó el camino. Su trabajo no le gustaba a nadie. No podemos olvidar, para comprender la dimensión de su trabajo, que en aquellos años era imposible ver revistas extranjeras. Solo si tenías la suerte de poder cruzar la frontera era posible descubrir algo interesante.

Otra opción, y es algo que debería reconocerse más, era entrar dentro del círculo del grupo AFAL. En un tiempo sin internet, con un servicio postal en pañales, dos fotógrafos eran capaces de encontrar a los que tenían algo que contar desde Almería. Y le localizaron para ese Anuario mítico de 1958 que supuso el principio del fin del grupo pero que tanto marcó a la fotografía española.

Pomesii Una de sus imágenes míticas

Leopoldo Pomés publicó ahí sus fotografías sobre el mundo de los toros. Y empezó a dejarnos sin habla. Conviene recordar que tuvo su primera cámara en 1946. Aquello fue el principio de una carrera en la que tuvo un estudio propio en lo más recóndito de Barcelona.

Allí desarrolló su mirada sensual. Daba igual que fueran artistas de la talla de Picasso o Miró o Serrat. Fue capaz de sacar la pura vida de los ojos de los que querían mirarle. Pero hay que reconocer que destacó por sus retratos femeninos. Para muchos fotógrafos es una referencia en este sentido.

Un fotógrafo que mostró al mundo cómo éramos

Leopoldo Pomés realizó muchas campañas publicitarias. A lo mejor a muchos lectores les sorprende que gracias a él tenemos las burbujas Freixenet, la presentación del mundial de futbol de 1982 o la campaña de imagen que nos llevó a los Juegos Olímpicos de 1992, uno de los más innovadores del siglo XX.

Él mismo evolucionó -el bolsillo manda- de la fotografía neorrealista a la comercial para lograr el futuro que buscaba. Junto con su mujer, la modelo Karin Leiz, buscaban modelos para sus campañas reconocibles por todos los que empezamos a peinar alguna que otra cana o recordamos 'La bola de cristal'.

En su última presentación en público dicen que ya caminaba triste. Fue en la presentación de sus memorias. En ellas cuenta su forma de mirar, la forma de enfrentarse a la fotografía, la mirada sensual que despliega en todas las imágenes. Y el orgasmo visual que disfrutaba cada vez que el papel tocaba el revelador y saltaba a la vista la imagen latente que hasta entonces había retenido en su mirar.

Pomesi Leopoldo Pomés

No casaba con la fotografía digital. Le impedía disfrutar. Seguro que sentía que le separaba totalmente de una forma de vivir, de una forma de pensar. Desde Xataka Foto queremos recordar a Leopoldo Pomés como uno de los grandes. Su trabajo es una de las mejores escuelas para los que quieren llegar a ser fotógrafos de verdad.


'Fred Herzog. Modern Color', el primer monográfico para reivindicar a un pionero de la fotografía a color

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'Fred Herzog. Modern Color', el primer monográfico para reivindicar a un pionero de la fotografía a color

Lamentablemente, Fred Herzog ha fallecido a los 88 años. Desde Xataka Foto lamentamos su muerte, mandamos un abrazo simbólico a su familia y relanzamos este artículo como nuestro pequeño homenaje a esta pionero de la fotografía en color.

Fred Herzog, fotógrafo alemán afincado en Canadá, es conocido entre los fotógrafos de calle o urbanos. Fue un gran artista que realizó una fotografía sencilla, directa, con un gran juego de luces y sombras pero que sorprendía por su extraordinario uso del color. Es más, fue uno de los pioneros. Un osado. Pero sí que es cierto que no es tan conocido por el público general y que no ha gozado de un suficiente reconocimiento.

Recientemente, la prestigiosa editorial Hatje Cantz ha publicado un completo monográfico que sirve para reivindicar la figura de este fotógrafo discreto que tan bien fotografía Vancouver a color. En una época en la que todo el mundo usaba película monocromática y el color no gozaba de prestigio. Herzog lo utilizó durante gran parte de su obra. Para mostrar detalles, para resaltar sus escenas cotidianas, con maestría. Sin caer en el exceso, en la abundancia. Por eso merece reivindicarse, porque no se dejó llevar por lo fácil y sin referencias, realizó un trabajo excelente.

Un fotógrafo urbano con gran coherencia estética

Fred Herzog. Ferry Barber Shop, 1959 Fred Herzog. Ferry Barber Shop, 1959

En su línea podemos citar a Saul Leiter, otro fotógrafo con el que podemos trazar una similitud. Nunca obtuvo reconocimiento en vida y también acogió la fotografía a color cuando nadie le prestaba la suficiente atención.

Herzog realizó una obra de gran coherencia, con fotografías muy persuasivas e innovadoras, como resalta Hans-Michael Koetzle en este nuevo libro. Herzog paseaba por las calles de Vancouver y fotografiaba lo que le llamaba la atención. Con discreción, con gran ojo estético, sin armar ruido, trazando una obra extensa que apenas ha sido conocida, más allá de algunas de sus imágenes más relevantes, como las que aquí acompañamos y que están incluidas en el monográfico.

Fred Herzog. Red Stockings, 1961 Fred Herzog. Red Stockings, 1961

Su tema era la calle: escaparates, vallas publicitarias, coches, edificios... todo con una excelente composición y una estupenda luz, acentuada por el uso de la diapositiva a color Kodachrome. Como se indica en el libro, Fred Herzog no vendió ninguna fotografía hasta 1970 y no fue hasta los años noventa, ya con edad avanzada y retirado cuando empezó a darle forma a su extraordinario archivo, digitalizando sus obras. Hasta el momento solo cuenta una restrospetiva realizada en 2007 que le supuso el reconocimiento internacional y, ahora, con este libro, volverá a reescribirse su nombre y supondrá el encuentro para muchos.

Frez Herzog. Black Man Pender, 1958 Frez Herzog. Black Man Pender, 1958

'Fred Herzog. Modern Color' cuenta con 230 imágenes, muchas inéditas, además de sendos ensayos de os prestigiosos David Campany y, el anteriormente citado, Hans-Michael Koetzle. Su precio es de 38 euros y se puede adquirir desde la propia web de la editorial y en Amazon.

Foto inicio | Fred Herzog. Jackpot, 1961

Karl Blossfeldt en el museo Thyssen de Madrid: cuando la naturaleza es el arte

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Karl Blossfeldt en el museo Thyssen de Madrid: cuando la naturaleza es el arte

Karl Blossfeldt es uno de los fotógrafos más desconocidos pero sus imágenes son muy famosas. Ahora mismo todas las calles del mundo occidental están llenas de sus trabajos. Forma parte de una campaña de los perfumes de Loewe. Y esta marca ha montado una exposición, en el museo nacional Thyssen-Bornemisza de Madrid, con algunas de sus míticas fotografías.

Karl Blossfeldt es uno de los fotógrafos alemanes de la Nueva Objetividad, una de las corrientes fotográficas más importantes del siglo XX. Surgió a principios del siglo XX y terminó con la llegada del nazismo en 1933. Karl Blossfeldt es uno de sus mayores exponentes. Aunque él no era fotógrafo ni mucho menos se consideraba artista.

Karl Blossfeldt, el maestro de la fundición

Era un chico destinado a la fundición del hierro. Ese era su destino como hijo de un agricultor que quería abrirse mundo en su tierra. Aprendió el oficio de modelista en hierro. Pero notaron sus dotes artísticas y consiguieron que ganara una beca en Berlín para estudiar en el Instituto de Artes y Oficios.

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Dicen que allí se empezó a fijar de manera más detenida en los diseños de la naturaleza para crear patrones para los moldes de la fundición. Él, como amante de la naturaleza, quería preservar esas figuras. Intentó mil técnicas pero enseguida se dio cuenta de que con la fotografías podía robarlas al tiempo. Así, las tendría siempre disponibles para dibujar sus patrones.

Intentó mil técnicas pero enseguida se dio cuenta de que con la fotografías podía robarlas al tiempo. Así, las tendría siempre disponibles para dibujar sus patrones.

Poco a poco fue ganando prestigio en las escuelas de Arte y logró convertirse en profesor de Artes Aplicadas en Berlín. Él no utilizaba la fotografía como herramienta de creación, sino como herramienta de formación para ayudar a sus alumnos a tener modelos para sus creaciones. Las fotografías solo eran apuntes de la realidad.

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Y lo más importante de todo y lo que le terminó marcando como creador y como fuente de inspiración para los artistas posteriores, hasta llegar a los Becher: era metódico. Sus fotografías eran para él meras fichas para percibir la forma de las plantas, su diseño. Y todo para volcarlo posteriormente en los patrones para la fundición... Sería interesante fijarse en la verjas de la primera mitad del siglo XX y descubrir cuánto deben a la fotografía.

Su forma de trabajar

Muchas de sus fotografías en realidad son macrofotografías. Y en aquellos años no existían cámaras ni objetivos diseñados para tal fin. Esto provocó que él mismo construyera sus máquinas para poder conseguir sus fichas. Todo estaba preparado. La toma era un proyección ortogonal según la geometría euclidiana:

Para obtener las proyecciones ortogonales de un objeto se dan los siguientes pasos. 1. Se sitúa el objeto de forma que sus caras sean paralelas o perpendiculares al plano del papel. 2. Se observa el objeto de forma que las líneas visuales pasen por sus vértices, incidiendo perpendicularmente sobre el plano de proyección, tal y como muestra la figura de la derecha. 3. Para obtener el alzado, se elige el punto de vista que permita observar más detalles del objeto. Por ejemplo, en un coche, una vista desde el frente. 4. Para obtener la planta, se gira 90º hacia arriba respecto a la posición anterior. En el caso de un coche, la planta se obtendría mirando el coche desde arriba. 5. Por último, para obtener el perfil, se parte de nuevo de la posición desde la que se ha obtenido el alzado y se gira 90º hacia la izquierda. En un coche, el perfil coincidiría con la vista desde un lateral.

La técnica siempre era la misma:

  • Fondo neutro
  • Luz natural difusa
  • Cámara de placas de 6x9 o 13x18
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El objetivo era conseguir el mejor resultado posible. Así que no le importaba alterar la planta hasta conseguir el mejor aspecto posible para su objetivo final, que sirviera de molde para la fundición. Y por supuesto no buscaba nombres complicados, sino que cada foto se llamaba como el nombre latino de la planta.

Como se ve, su forma de trabajar lo emparentaba directamente con la Nueva Objetividad, que buscaba, mediante la técnica, la mejor forma de representar la realidad. Y enseguida vienen a nuestra cabeza August Sander o Albert Renger-Patzsch. Su fama llegó en 1929 cuando le hicieron una retrospectiva en la Bauhaus y que le incluyeran dentro de esa mítica exposición llamada Film und Foto.

Un año antes publicó uno de los libros de fotografía más famosos de la historia: 'Unformen der Kunst' (Formas originarias del arte). Llegó a publicarse incluso en español.

La exposición en el Thyssen

Este libro, 'Urformen der Kunst' (Formas originarias del arte) se puede ver en una vitrina que hay en la pequeña sala de exposiciones del museo. La visita es gratuita. Solo hay que entrar y subir unas escaleras. A la izquierda de las salas principales. Allí te recibe el olor de uno de los perfumes de la marca que está utilizando sus imágenes para la campaña publicitaria.

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Al entrar te sorprende el olor. La verdad es que no sé si es un efecto buscado o dio la casualidad de que una mujer la vio antes de que entrara yo. Hay 40 fotografías. Iguales, idénticas. Pero cada es un patrón perfecto para una clase de diseño. Parece que las gobierna la frialdad, pero contemplar esas copias de época te lleva a un mundo en el que el detalle y la perfección es importante.

Es un trabajo tremendo. Inimaginable para alguien que no era fotógrafo y que llegó a hacer más de seis mil fotografías distintas. Es curioso que ahora formen parte de una campaña publicitaria y que así estén dentro de un museo. Pero es una oportunidad única que no podemos perder.

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La entrada es gratuita y podemos verla desde el 6 de septiembre hasta el 5 de octubre de 2019. A lo mejor nos pica el gusanillo y podemos luego buscar algunos de los cuadros más importantes de la historia para ampliar nuestra biblioteca visual...

Retrospectiva de Francisco Ontañon, el fotógrafo que buscó la imagen útil

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Retrospectiva de Francisco Ontañon, el fotógrafo que buscó la imagen útil

'Francisco Ontañón. Oficio y creación' es una retrospectiva de uno de los fotógrafos españoles fundamentales de la segunda mitad del siglo XX. Él hizo las portadas de muchos de los músicos de la España de los sesenta y setenta. Ilustró las portadas de los libros de importantes editoriales y cubrió todos los encargos que le dieron. Fue un fotógrafo aficionado que se profesionalizó en apenas un año y que ahora podemos recordar en la exposición de la sala Canal Isabel II de Madrid.

La sala Canal Isabel II es una de las mejores salas de Madrid para aprender fotografía. Otra sería la sala Bárbara de Braganza de la Fundación Mapfre. Pero sin lugar a dudas es la más bonita. Incluso si no te gusta este mundo merece la pena pasarse para conocer el antiguo depósito de aguas reconvertido. Es una visita obligada en Madrid, en pleno barrio de Chamberí.

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En esta ocasión tenemos la oportunidad de ver y aprender de la retrospectiva de Francisco Ontañón (Barcelona, 1930-Madrid, 2008), uno de los fotógrafos que marcó nuestra forma de ver las cosas. Las portadas de los músicos más famosos de Hispavox, CBS y RCA, desde Raphael o Las Grecas, hasta las portadas de los libros de bolsillo de Alianza que muchos recordamos como una de las mejores épocas de esta editorial, en la que el diseño y la fotografía iban de la mano. O como olvidar las fotografías de los libros de Félix Rodríguez de la Fuente... Como decía él mismo:

Siempre pensé que tenía que dedicarme a una actividad útil; nada inútil, nada gratuito. La utilidad es comparable a la belleza, y en este mundo, los fotógrafos de talento son los capaces de embellecerlo.

Francisco Ontañón, el fotógrafo

Es uno de los fotógrafos que más rápido pasó del mundo aficionado (benditos aficionados) del grupo Afal o La palangana (de la que hablaremos algún día) al mundo profesional en el que cobraba por hacer fotografías. Su impulso fueron las ganas de comunicarse y por supuesto, ganarse el jornal con lo que más le gustaba en el mundo.

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Han pasado varios años desde que descubrí la fotografía; hoy ya es para mí una necesidad fisiológica. Era lo que pretendía; me costó mucho probarme a mí mismo que era un camino abierto, con un horizonte indefinido; y sin estas condiciones seguramente habría abandonado […] con mi trabajo he descubierto todo lo que yo imaginaba existía en el mundo; y poco a poco he ido penetrando en la vida y en sus cosas […] Creo estoy un poco en medio de todo ello como simple espectador; como fotógrafo estoy en un lugar de privilegio. […] Además de todo esto, también soy de los que pienso, con modestia, que estoy aportando algo a la vida y la historia. Llegada esta conclusión se deberá añadir que es también necesario decir algo; que ese testimonio únicamente como tal no es suficiente […] la fotografía además es un arte utilitario

Llegó en 1959 a Madrid y ya no se separó de esta ciudad insufrible pero insustituible. Empezó en la agencia Europa Press, luego pasó a las revistas AMA y La actualidad española. Y desde aquí empezó a colaborar en las campañas gubernamentales de aquella época en la que era imposible decir lo que pensabas.

Ontanonmojacar 1962 0 Mojacar

En el vídeo que podemos ver en la última planta de la sala, aquella a la que llegas en esos ascensores míticos donde solo caben dos personas, descubrimos, a través de los que le conocieron, su profesionalidad. Quería conseguir la perfección, de principio a fin. Y un fallo propio o ajeno podía enfadarle hasta que conseguía lo que había imaginado en un primer momento.

Fue capaz de volcar la fotografía de autor en el exigente mundo profesional.

Fue capaz de volcar la fotografía de autor en el exigente mundo profesional. En la exposición podemos contemplar las cinco décadas de trabajo en las que publicó libros como 'El libro de la caza menor' con el escritor Miguel Delibes o 'Los días iluminados' con Alfonso Grosso en la prestigiosa colección Palabra e Imagen; también las portadas de los discos de cantantes tan importantes como Karina, Miguel Ríos, Raphael, Cecilia, Mari Trini, Sandie Shaw, María Ostiz, Alberto Cortez, Rocío Jurado, Los Pasos, Los Payos, Módulos, Los Pekenikes o Las Grecas; y sus últimos trabajos en El País Semanal acompañando a Manuel Vicent.

Ontanoncecilia Cecicilia

En total podemos encontrar más de 220 fotografías, todos sus libros, las colaboraciones con la editorial Alianza y casi 200 portadas de discos... Como curiosidad señalar que podemos escuchar una lista de Spotify con las canciones de los discos en los que participó como fotógrafo. Y por supuesto el vídeo donde los que le conocieron nos hablan de él.

Ontanon48131069541 1f42ddda0b O Portada mítica de Ontañón

No queda más remedio que recomendar la visita en los días de otoño que ya se acercan. La exposición estará abierta hasta el 3 de noviembre de 2019 y la entrada es gratuita. Como siempre recomiendo, podemos subir a la última planta, ver la proyección e ir dando vueltas por las plantas para reconocer la mirada de un fotógrafo más cercano de lo que podemos llegar a pensar. Seguro que tenemos alguna foto suya en nuestra casa y no lo sabíamos.

  • 'Francisco Ontañón. Oficio y creación'
  • Sala Canal Isabel II
  • Abierta hasta el 3 de noviembre de 2019
  • Entrada gratuita

La teoría de la equivalencia según Alfred Stieglitz para hacer mejores fotografías

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La teoría de la equivalencia según Alfred Stieglitz para hacer mejores fotografías

Siempre hablamos de técnica, de cómo hacer una fotografía con Capture One, o con Photoshop... También hablamos de las diferentes cámaras que se presentan día a día... Y pocas veces nos centramos en el acto fotógrafico. En cómo deberíamos hacer una fotografía olvidándonos por una vez de la técnica. Hoy vamos a hablar de la teoría de la equivalencia de Alfred Stieglitz y cómo nos puede ayudar a mejorar nuestro trabajo.

Hay poca información disponible sobre este tema. Hay que rebuscar un poco para encontrar en español cualquier noticia acerca de la teoría de la equivalencia que marcó la última etapa de Alfred Stieglitz, uno de los fotógrafos más importantes del siglo XX y dueño de la galería 291, en la que expusieron los más grandes fotógrafos y los mejores artistas del otro lado del Atlántico.

La idea de la equivalencia surgió por una pelea familiar y por un desencuentro con un crítico. Parece que fue una mala crítica. Y luego vino el comentario del cuñado. En una revista escribieron que la fuerza de las fotografías de Stieglitz venía de los retratados, no del trabajo del autor. Es decir, que esas imágenes solo servían por la persona que se veía y que no se reconocía al autor, que hubiera dado igual que fuera una máquina.

El cuñado además le recriminó que había dejado de tocar el piano. Nada más. Pero Stieglitz se dio cuenta de que el piano era un instrumento que necesitaba espacio y tiempo y que su vida dependía de aquel que lo cuidara. No era algo sencillo de mantener e inútil si no recibía cuidados.

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Todo lo que había hecho hasta entonces era fotografiar con la idea de mostrar algo. De enseñar algo que los demás han visto. E intentar disfrazarlo para convertirlo en arte. No podemos olvidar que empezó con el Pictorialismo y pronto se dio cuenta del camino equivocado que había tomado.

Así que empezó a fotografiar nubes. Las nubes en el cielo. Nada más. Y formó la serie 'Equivalencias'. Con la idea de demostrarse qué había aprendido después de 40 años de profesión. La cámara y él. Nada más.

Así que empezó a fotografiar nubes. Las nubes en el cielo. Nada más. Y formó la serie 'Equivalencias'. Con la idea de demostrarse qué había aprendido después de 40 años de profesión. La cámara y él. Nada más. Las nubes como únicas protagonistas. Y descubrió algo que todavía hoy muchos autores consagrados siguen al pie de la letra.

La teoría de la equivalencia

Esta serie está formada por 200 fotografías. Todas son de la última época del autor que más ha evolucionado en la historia de este medio. Pasó de un pictorialismo exacerbado a ser miembro de la 'Photo Secession' para romper con las normas establecidas como estaba sucediendo en Europa. Luego creó su galería '291', por el número que ocupaba el local en la Quinta Avenida de Nueva York, donde conectó el mundo artístico de los dos continentes.

Hasta que llegó a su famosa imagen 'El entrepuente' que trastocó todo su pensamiento fotográfico. Hasta Picasso, el inmortal pintor malagueño, le dijo que por fin alguien comprendía lo que era realmente la fotografía...

Por este motivo la crítica le molestó tanto. Él, que había sido capaz de cambiar, de evolucionar, no podía consentir que sus trabajos solo fueran válidos por las personas retratadas. Es el fracaso del autor y perder toda la fuerza simbólica de la fotografía.

Equivalentsi Equivalents

Así que se retiró a un lago del estado de Nueva York y se dedicó a fotografiar nubes en compañía de un libro de Baudelaire. En su vida todo se tambaleaba. Y logró abstraerse para sacar sus miedos, sus experiencias, su vida, en unas imágenes totalmente abstractas que simulaban, imitaban su forma de sentir las cosas.

Equivalencias de sus emociones, "del caos del mundo y de su relación con este caos", estos fragmentos de nubes forman tanto una magistral exploración metafísica, como una experimentación estética radical, a través de la práctica de la fotografía.

La equivalencia es eso precisamente. El simbolismo de las cosas que fotografiamos. 'Equivalents', el nombre original, no trata sobre las nubes, sino sobre los sentimientos del autor. Si entendemos esto, todo cambia. Dejamos de ver nubes para imaginar qué sentía Stieglitz a partir de nuestras propias experiencias.

Los fotógrafos nos tenemos que dar cuenta de que muchas veces no fotografiamos una casa, un árbol o un precipicio porque queramos reflejar eso, sino porque son fuertes símbolos que explican cómo nos sentimos.

Los fotógrafos nos tenemos que dar cuenta de que muchas veces no fotografiamos una casa, un árbol o un precipicio porque queramos reflejar eso, sino porque son fuertes símbolos que explican cómo nos sentimos. No debemos crear símiles, porque es imposible. Y tampoco debemos creernos poetas llenos de metáforas.

El fotógrafo, gracias a la teoría de la equivalencia, tiene el poder de contar sus historias jugando con los objetos como los escritores lo hacen con las palabras. Una nube de Stieglitz, que se puede contemplar en cualquier posición, puede hablar de la depresión, de la alegría o de un fuerte deseo sexual.

Equivalentsi Equivalents

En el fondo todo depende, gracias a las equivalencias, de la relación que establezca el espectador con las fotografías. De las experiencias que él mismo haya vivido.

De hecho, este concepto lo amplió Minor White. En su ensayo 'El ojo y la mente de la cámara' se da cuenta de la diferencia entre un pintor y un fotógrafo es que el pintor tiene un lienzo en blanco que debe rellenar. Nosotros tenemos la necesidad de interpretar desde una realidad ya terminada. Tenemos la necesidad de registrar cómo vemos la realidad. No la podemos inventar porque nuestro panel ya está lleno.

No es fácil de entender esta teoría. Remite directamente a la idea del fotógrafo espejo o fotógrafo ventana. Desde luego son dos caminos que podemos elegir en esta profesión/afición. Depende de nosotros y de lo que queramos complicarnos la vida con una cámara ¿Cuál es tu elección?

Las claves de la locura fotográfica de Diane Arbus en un documental de 1972

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Las claves de la locura fotográfica de Diane Arbus en un documental de 1972

Diane Arbus está considerada una de las mejores fotógrafas de la historia. Su vida y su obra están íntimamente relacionadas. Recientemente hemos visto un pequeño documental de 30 minutos en los que descubrimos el texto íntegro de una de sus últimas clases. Y sus palabras permiten entender su obra y su estilo.

Susan Sontag no soportaba el trabajo de Diane Arbus. Si recordáis sus fotografías, siempre retrata a los marginados de la sociedad. Y a algunos les parece que se está riendo de ellos. De ahí el comentario de la insigne intelectual y autora de uno de los ensayos más importantes sobre la fotografía.

Pero para entender la obra de un genio es necesario muchas veces comprender cómo ha sido su vida. Ella fue una pobre niña rica de Nueva York. Ni siquiera se enteró de lo que fue la Gran Depresión, la primera gran crisis económica en los años 30.

Arbusiii Fotograma del documental

Creció entre algodones, aunque sus padres no tenían tiempo para ella. A cambio tenía todo lo que pedía... Sus padres la llevaron a estudiar a un colegio en los que tratan de educar sin frustraciones. Cualquier cosa que hagas será buena, cualquiera puede alcanzar lo que se proponga. Y es imposible hacer mal las cosas porque eres un elegido.

Esta forma de educar, que muchos padres aplican hoy a sus hijos, es la mejor forma de crear a una persona rodeada de una esfera de cristal. Estos niños se creen indestructibles y aunque parezca imposible, crecen toda la vida deseando que alguien les diga no. Sin embargo, cuando sucede, y siempre pasa, son incapaces de asimilarlo.

Esta es una de las claves de la vida y obra de Diane Arbus, según podemos ver en este pequeño documental en el que sale una de las hijas de la fotógrafa, Doon Arbus; su gran maestra Lisette Model, su compañero Marvin Israel (que trabajó codo con codo con Doon para sacar adelante la obra de Arbus) y John Swarozky que llevó a nuestra protagonista al MOMA con la exposición New documents.

El documental de Diane Arbus

Youtube es una herramienta estupenda. No solo sirve para ver en noches de insomnio páginas en las que te enseñan a poner la funda de un nórdico sin apenas esfuerzo. Si sabemos buscar encontraremos de todo. En esta ocasión solo hace falta escribir Diane Arbus para encontrar todo tipo de vídeos.

Arbusi Doon Arbus, imagen del documental

Y encontramos este documental de 1972, un año después de su muerte, en el que su hija Doon Arbus, con 27 años, cuenta que lo que vamos a ver es una clase magistral de su madre unos años antes de morir.

Gracias a uno de los asistentes, que grabó la clase para intentar traducirla, podemos escuchar sus palabras. Su voz es imposible porque la calidad de la grabación era pésima. Pero a lo largo de la escasa media hora entenderemos el mensaje que quiso trasmitir Diane Arbus con sus fotografías.

Además conoceremos no solo a su hija, sino a su profesora más influyente, la gran Lisette Model, al conservador de fotografía John Szarkowski que la llevó a esa mítica exposición llamada 'New documents' y a otros personajes cercanos a Diane Arbus. Y a lo largo del corto metraje escucharemos sus palabras acerca de la fotografía y la vida.

Es verdad que muchos, como hemos dicho al principio, le acusan de reírse de los freaks, como ella mismo los llamaba por la diabólica película de Tod Browning. Pero no es así, les consideraba como la aristocracia de la humanidad.

En una de las curiosas revelaciones del pequeño documental, ella misma dice que todos encontraremos, antes o después un trauma en la vida que nos cambiará y marcará para siempre. Sin embargo, las personas que ella fotografiaba nacían con ese trauma, ya sabían desde el principio de su existencia lo dura que puede llegar a ser la vida. Y siguen adelante.

Arbusii Fotograma del documental

Ella quería descubrir con su cámara, con sus fotografías, ya se sabe, la mentira sobre una mentira, la máscara que nos ponemos para parecer otra persona. Ella sabía descubrir ese disfraz metafísico del que muchos no son conscientes. Ahí su grandeza y su estilo inconfundible.

Ella se sentía una más. Se creía una farsante porque durante toda su infancia nunca le habían dicho que no. Le dijeron que era perfecta y era mentira. Es algo que muchos padres quieren esconder a sus hijos. Y pueden convertirlos en monstruos...

En el caso de Diane Arbus dieron forma a una artista que acabó con su vida poco antes de cumplir los 50 años. Y todos debemos aprender a mirar como ella.

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